Los técnicos vuelven a estar de moda

Los mercados siguen sin encontrar la brújula que les marque el camino a seguir. Desde hace dos semanas las referencias económicas son ambiguas, aunque más favorables en Estados Unidos que en la zona euro. Hay quienes sostienen, es más, que las noticias positivas ya están cotizadas y que son necesarios nuevos apuntes más vigorosos para salir de la zona de congestión actual, algo así como vitaminas para curar la astenia.

Desde que comenzó la guerra de Irak, los fondos de alto riesgo, apalancados siempre en derivados con los que hacer estrategias de arbitraje, son los que han llevado los índices a los niveles actuales. En plena canícula pareció despertar de la siesta el inversor final, pero sus movimientos son torpes y la actividad no se anima. Los volúmenes que aparecen cada día publicados esconden muchas operaciones especiales, aplicaciones y compras y ventas por bloques. Son operaciones que suponen cerca del 35% del total y que, lógicamente, nunca aparecen en el mercado como susceptibles de ser intervenidas por los inversores finales.

Esta falta de empuje ha hecho que los analistas técnicos, aquellos que se mueven por el estudio de los valores según los gráficos, hayan vuelto a tomar las riendas del mercado, aunque, como siempre, hay sentimientos enfrentados, disparidad de opiniones.

La gran familia de los analistas técnicos echa en falta, también, el dinero que empuje los cambios. O, si fuera el caso, el papel que provoque recortes en las cotizaciones, porque hoy se pueden obtener beneficios en Bolsa tanto en movimientos al alza como a la baja.

Que los analistas técnicos sean protagonistas de la situación actual refleja, entre otras cosas, que los otros analistas, los que invierten según las cuentas de resultados de las empresas cotizadas, no saben qué camino elegir, porque tanto las referencias económicas como las de los balances dejan mucho que desear.