Más novedades legales para invertir en China
Apesar de las barreras aún existentes, la gradual apertura económica y social de China, favorecida por diversos tratados bilaterales con EE UU y la UE, viene atrayendo a grandes, medianas e, incluso, pequeñas empresas, decididas a introducirse en este suculento mercado formado por más de 1.200 millones de personas.
Las empresas españolas también están pujando fuerte en este mercado, principalmente en transporte, alimentación, telecomunicaciones, energía y construcción de infraestructuras. De acuerdo con los datos del Ministerio de Economía, la inversión española en Asia se ha multiplicado por seis en los últimos dos años, desde 252 millones de euros hasta alcanzar 1.496 millones. Considerando sólo China, el incremento de la inversión ha superado el 24%.
El Plan Asia-Pacífico puesto en marcha por el Gobierno español, a raíz de la visita oficial a China efectuada en junio de 2000, contempla para el año 2003 un presupuesto total de 1.000 millones de euros, con el objetivo de fomentar las inversiones y las ventas de las empresas españolas en China, Vietnam, Filipinas, Bangladesh e Indonesia.
Esta favorable evolución no ha sido ajena a la progresiva implementación de un marco legal adecuado a las normas y prácticas internacionales, que dotan de credibilidad al proceso de apertura e internacionalización.
Con ocasión de la visita oficial antes referida, tuvo lugar la firma del Acuerdo de Cooperación entre los Gobiernos de la República Popular China y España para la lucha contra el crimen organizado, así como el Plan de Cooperación Financiera, incluyendo aspectos como financiación a través de créditos FAD, donaciones FEV destinadas a planes de viabilidad, créditos a la exportación de bienes y servicios españoles.
Dentro de este proceso ha constituido un hito fundamental la reciente incorporación de China, el 11 de diciembre de 2002, a la Organización Mundial del Comercio (OMC), a la que pertenecen 146 países, que implica la integración en el sistema legal de 20 acuerdos multilaterales de la OMC, y que definitivamente impulsará la integración de China en la comunidad global, incrementando las relaciones comerciales y las oportunidades de inversión, la adaptación a las normas internacionales, la remoción de barreras comerciales y la liberalización de las inversiones extranjeras.
En este contexto de apertura y modernización del sistema legal y comercial se ha producido la firma el 29 de junio de 2003, entre China y Hong Kong, como región con un estatus administrativo y aduanero especial, del acuerdo denominado Closer Economic Partnership Agreement (CEPA), para facilitar unas relaciones económicas y comerciales más estrechas entre China y Hong Kong, al establecer, con efectos desde 1 de enero de 2004, las categorías de productos y servicios que, cumpliendo con la condición de ser originarios de Hong Kong, puedan ser libremente exportados a China desde Hong Kong, incluyendo sociedades constituidas y con actividad sustancial allí, aun con la totalidad o parte de los accionistas y consejeros siendo extranjeros.
Las empresas se están introduciendo en el mercado chino mediante las diversas fórmulas societarias previstas, joint ventures de capital o de cooperación, sociedades íntegramente o parcialmente participadas por capital extranjero, oficinas de representación, bien a través de Hong Kong o directamente en China, en las zonas más liberalizadas (Beijing, Shanghai, Shenzhen, Tianjin, Zhuhai, Xiamen, Hainan, Guangzhou), en función de los diversos factores que se analizan para la adopción de la decisión de inversión.
Entre éstos, es fundamental considerar el ordenamiento aplicable, determinado por la localización geográfica y el sector específico de actividad, y la importancia que revista el mayor o menor grado de protección de los derechos de propiedad intelectual e industrial dedicados a la actividad por cada empresa.