"El móvil tiene cada vez más que ver con el lujo"
En pocos años los teléfonos móviles han dejado de ser simples aparatos de comunicación y se han convertido en potentísimos ordenadores personales portátiles. Son capaces de comunicar voz y datos, acceder a Internet, reproducir música y hacer y enviar fotografías y vídeos. El director general de Sony Ericsson en España y Portugal, Raúl Ortiz, primero desde Ericsson y ahora desde su actual responsabilidad, ha sido un testigo de excepción de esta espectacular evolución.
Pregunta. ¿Hasta dónde va a llegar la sofisticación y complejidad de los teléfonos móviles?
Respuesta. Los fabricantes de móviles ya no estamos en el mercado de las telecomunicaciones, sino en el de lo que yo llamo las 'telerrelaciones' y especialmente en el negocio del lujo. No fabricamos teléfonos, sino aparatos que permiten interrelacionarse a distancia a las personas, pero sobre todo, y cada vez más, que facilitan al individuo un signo de identidad frente a la sociedad.
A mi me gusta esa anécdota en la que el consejero delegado de Cartier, al ser preguntado sobre cómo iba el mercado de la relojería, respondió: 'Yo no estoy en el mercado de la relojería, sino en el del lujo'. Yo entiendo que en el negocio de los terminales móviles está ocurriendo cada vez más lo mismo.
P. Es decir, que debemos retirar a las empresas de fabricación de móviles del sector de la nueva economía y de la tecnología.
R. Es absurdo decir que ya no nos interesa la tecnología, pero la consideramos un elemento de trastienda. Es como el valor en los militares; que se les da por supuesto. La tecnología es algo crucial, tanto en el terminal como en la red, pero no es nuestra prioridad en la propuesta de valor al mercado. Nosotros estamos en otro rollo.
P. Desde esta perspectiva, el protagonismo del futuro en la telefonía celular lo tendrán los terminales y no las redes, y las marcas de los aparatos por encima de los operadores de los servicios.
R. Hace años, en los comienzos del boom de la telefonía móvil, se hicieron las más variadas predicciones sobre como evolucionaría este negocio. Ya entonces había una opinión muy generalizada de que, sin menospreciar las redes y a sus operadores, el terminal tendría que ser capaz de cumplir las más diversas funciones y se convertiría en el epicentro del negocio.
El tiempo ha dado la razón a quienes así pensábamos, y la tendencia en este sentido se ha visto más acusada por la fuerte identidad que se ha establecido entre el estatus de las personas y el móvil que cada una usa, especialmente entre las clases ejecutivas y los jóvenes.
P. ¿Qué otras funcionalidades van a poder ofrecer si los actuales teléfonos ya tienen muchas más de las que sus usuario son capaces de manejar?
R. Los retos y las inquietudes de futuro que nos planteamos los fabricantes de móviles en este momento son más antropológicas que tecnológicas. Somos conscientes de que cada vez estamos poniendo más cosas al terminal, que desde luego son aparatos mucho más potentes que los ordenadores de hace pocos años.
Pero los enigmas del mañana que tenemos que resolver están en el ámbito de los gustos y las ambiciones de los usuarios. ¿El teléfono le gusta?, ¿le aporta algo?, ¿le motiva? También hay otras preguntas importantes: ¿Usa el teminal? ¿Qué funcionalidades son las que le sirven?
P. ¿Podría enumerar valores de marca que definirían a Sony Ericsson en telefonía móvil, a diferencia de sus principales competidores?
R. Pensamos que trasmitimos el prestigio de Sony en cuanto producto tangible y el de Ericsson en tecnología. Después hacemos un tremendo hincapié en intentar que los clientes noten lo agradable y lo fácil que le va a resultar el uso de nuestros teléfonos. Dedicamos cientos de horas en investigar la forma más conveniente de hacer la carcasa para hacer el tacto del teléfono agradable, o para que se pueda conseguir acceder a una función compleja con un número muy reducido clics (o pulsión de teclas). Se busca, con horas de investigación, todos los elementos del terminal que tienen que ver con la transmisión de los valores de prestigio, diseño, usabilidad y lujo.
La facturación en España crecerá el 25% este año
La empresa de terminales de telefonía móvil Sony Ericsson tiene previsto terminar el presente ejercicio con un incremento de sus ingresos en España de un 25% en relación con el año anterior, hasta alcanzar los 200 millones de euros, y una cuota de mercado del 12%. La compañía, fruto de la fusión en 2001 de los negocios de terminales y soluciones de telefonía móvil de la multinacional japonesa Sony y de la sueca Ericsson, se ha consolidado ya, según su director general de marketing Miguel Rubio; y en España ha conseguido una cuota de mercado del 10,8% en el mes de julio, lo que supone el tercer lugar después del líder finlandés Nokia y de la multinacional alemana Siemens.Los datos acumulados en el año suponen para Sony Ericsson una cuota del 8,5% y esperan que tras la campaña de Navidad llegarán al 12%.Sony Ericsson lanzará sus nuevos productos, entre los que destacan terminales 'sólo para hablar' con pantalla a color, sonidos polifónicos y juegos. Entre los accesorios, lanzará un controlador en el que se adaptan los terminales móviles y que permite utilizar los juegos del móvil de forma más sencilla.Respecto a la evolución del sector de la telefonía móvil en España, la multinacional estima que, hasta julio, creció un 10%, y espera que se cumpla la previsión de venta de 11 millones de terminales en este año en España, 800.000 más que en 2002.