La UE escruta la independencia de los analistas financieros
El comisario europeo de Mercado Interior, Frits Bolkestein, presentó ayer las 31 recomendaciones con un diagnóstico tan certero como conocido sobre el origen de algunas de las valoraciones bursátiles dictadas por los analistas de los bancos de inversión. 'Cuando una sociedad cotizada es cliente de alguno de estos bancos, puede ocurrir que los analistas de la entidad se sientan presionados para encaminar la inversión de los clientes hacia la sociedad en cuestión'. Para no pocos observadores, este conflicto de intereses se encuentra en el origen de la burbuja bursátil de los valores tecnológicos que estalló a finales de la década pasada y explica, en gran parte, el silencio casi unánime de los analistas ante conductas erráticas o temerarias de ciertas compañías.
Bolkestein encargó en noviembre de 2002 a un grupo de 21 expertos la elaboración de unas directrices europeas que permitan velar por la fiabilidad de los análisis financieros. El resultado, 130 páginas, aspira a 'enfrentarse a los problemas del sector del análisis financiero con un planteamiento de larga proyección y un régimen basado en principios generales', según explica el presidente del grupo, Ian Mackintosh, en la introducción del texto.
La Comisión invitó ayer a todo el sector y al público en general a presentar, hasta el 30 de noviembre, sus observaciones sobre las propuestas del Grupo de Mackintosth. Aunque los expertos se decantan por mejorar la transparencia y la autorregulación de la labora de los analistas, la Comisión se reserva la posibilidad de adoptar normas a nivel europeo.
De momento, con carácter voluntario, se recomienda a los analistas que informen de cualquier vínculo, personal o empresarial, con la empresa evaluada. Sus análisis, además, deberán ser claros y ajenos a cualquier presión.
Una nueva directiva amplía la competencia bursátil
La nueva directiva europea sobre servicios de inversión superó el martes la primera etapa de su difícil tramitación en el Parlamento Europeo. La eurodiputada británica Theresa Villiers (del Grupo Popular) logró el consenso sobre un texto que ha sido y será motivo de enfrentamiento entre los intereses de las Bolsas tradicionales y las nuevas plataformas y medios de negociación bursátil.El proyecto de ley actual suprime definitivamente la norma que permite a las autoridades nacionales exigir que todas las operaciones bursátiles al por menor se realicen a través de la Bolsa de cada país. El texto se limita a fijar normas comunes para la ejecución de las normas cualquiera que sea el canal de negociación.Villiers también ha suavizado la propuesta de Bruselas de exigir la difusión de las operaciones internas de compra y venta de acciones que realizan algunas compañías (normalmente, bancos y firmas de inversión). El borrador actual sólo contempla esa obligación de transparencia cuando se trate de una práctica 'sistemática'.