El reto que encara el sucesor de Aznar
La tarea que encara Mariano Rajoy (...) es más dura de lo que parece. Va a necesitar de toda la afabilidad y del sentido común del que, al contrario que su adusto jefe, tiene fama.
Aznar deja un legado de oro después de siete años en el cargo. El partido aventaja al PSOE en seis puntos, según las últimas encuestas. España ha evitado las recriminaciones por su participación en la guerra en Irak que tanto han acuciado en Reino Unido (...). La economía, tras años de expansión y liberalización, todavía crece por encima de la media europea.
Pero la victoria electoral del PP no está asegurada. El PSOE ganó en la mayoría de las regiones en las elecciones autonómicas y municipales (...). Será complicado que el PP vuelva a obtener la mayoría absoluta que consiguió en 2000. Los políticos vascos y catalanes piden más autonomía (...). Esta complicada agenda nacional es la que ha persuadido a Aznar a elegir a Rajoy como su sucesor sobre Rodrigo Rato, el ministro de Economía internacionalmente respetado (...).
La reputación de conciliador de Rajoy mejoró tras su trabajo en la campaña electoral de 2000 y el rol que ha desempeñado ayudando a Aznar con el desastre del Prestige (...). La prueba para Rajoy es ver hasta dónde puede llegar bajo la sombra de Aznar, que manda en su partido con disciplina de hierro y que se mantendrá en el cargo hasta marzo.
Se mantendrá la política seguida en la lucha al terrorismo, en resistirse a otorgar más poder a las regiones, en la desregulación económica. Pero si el Partido Popular no consigue una mayoría absoluta en las elecciones, la fama de negociador de Rajoy será puesta a prueba hasta el límite.