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Pedro Tomás

"La regulación de empleo será inevitable en algunos clubes"

Catalán y muy vehemente, Pedro Tomás se empeña en aparentar normalidad en una Liga de fútbol seriamente dañada tras la división entre clubes ricos y pobres. El campeonato que hoy comienza puede significar el principio de una nueva era en la que el fútbol no tiene más remedio que ajustarse a las leyes del mercado.

Lo primero que anuncia Pedro Tomás Marqués, antes de que la periodista ponga en marcha la grabadora y haga la primera pregunta, es que va a ser 'bastante diplomático'. Es una pequeña disculpa de alguien que lleva 25 años en el mundo del fútbol y lo ha visto prácticamente todo. Desde su actual puesto como presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Pedro Tomás sólo puede ser cauto: se encuentra en medio de una línea cruzada entre los grandes clubes (liderados por Real Madrid y Barcelona) y los modestos (varios de Primera y todos los de Segunda División). Tras unas duras negociaciones sobre los derechos televisivos, que estuvieron a punto de retrasar el inicio de la Liga, el presidente del organismo que engloba a los 42 principales clubes de fútbol españoles sabe que algo está a punto de cambiar. Reconoce que la Liga ha quedado 'tocada', pero no se atreve a predecir el futuro.

Pregunta. Con la firma del contrato con Sogecable el pasado lunes y el comienzo de la Liga en su fecha prevista, ¿se puede decir que ha acabado la crisis del fútbol o sólo se han aplacado los ánimos hasta la próxima negociación?

Respuesta. Cada vez que se negocia con la televisión, en todas las Ligas donde los derechos se venden de forma individual, hay problemas. Y es porque el fútbol ha adquirido un volumen económico tan brutal que esas diferencias se traducen en la propia negociación. Esta vez hemos terminado satisfactoria y razonablemente la suscripción de los contratos, creo que los ingresos son razonables.

'Somos el único país de Europa obligado a emitir partidos en abierto. Hay cosas que tienen que cambiar, y una de ellas es la ley de interés general' 'Hay gente empeñada en decir que los gestores de los clubes son unos chorizos, pero pasa igual que en cualquier otro sector'

P. Habla del volumen brutal del fútbol. De brutal también se puede calificar la deuda, que asciende a 1.625 millones de euros. ¿Cuál es su diagnóstico de la situación de los clubes?

R. Los pesimistas decían que este verano no se podría pagar a los jugadores, que estaríamos en gravísima situación para seguir adelante. Lo cierto es que, con dificultades, el fútbol ha tomado dos medidas: primero se ha pagado a los jugadores, excepto el Real Oviedo, que es un caso sangrante. Por otro lado, los clubes están tomando medidas de carácter interno. Casi está desapareciendo la transferencia onerosa de futbolistas. Hay muchos jugadores que obtienen la carta de libertad porque el club prefiere ahorrarse la ficha del futbolista que no juega en lugar de recurrir al traspaso. Esa deuda de que me hablas se refiere a 2002, donde se incluían los pagos a jugadores. Ahora se ha reducido en un 25%.

P. En el Barcelona han avisado de que quizá se vean obligados a echar mano de la regulación de empleo, un recurso empresarial que hasta ahora no se había visto en el mundo del fútbol... El Oviedo está decidido a emprenderla...

R. En una sociedad anónima deportiva esa medida es totalmente viable. La regulación de empleo puede que sea un recurso inevitable en algunos clubes.

P. Comparando la temporada 2000-2001, donde se pagaron 450 millones de euros por fichajes, este año el mercado apenas se ha movido. El volumen de fichajes ha sido de sólo 120 millones, ocho menos de lo que pagó el Real Madrid por Zidane y Ronaldo. ¿Qué está pasando?

R. El mercado se está autorregulando, no sólo en España, sino también en Europa. Nosotros estamos interrelacionados con Italia e Inglaterra; todos los clubes tienen que actuar así. Las regulaciones de carácter interno están siendo muy decididas y son inevitables. El Athletic de Bilbao, que ha pactado un recorte salarial del 15% con algunos jugadores, es un ejemplo.

P. Se habla del despilfarro de años anteriores, del cual siempre se culpa a las televisiones, que hicieron que los precios se dispararan. ¿Qué responsabilidad tienen los gestores en la crisis actual del fútbol?

R. La responsabilidad de los gestores existe, es objetiva y está por ley. Si realmente los accionistas o acreedores de las sociedades anónimas deportivas entendieran que existe alguna irregularidad en la gestión, saben que pueden emprender acciones legales. Si no se ejercitan, es porque no hay responsabilidad.

P. Pero hay clubes de fútbol, como el Atlético de Madrid, donde se ha demostrado sobradamente, a través de sentencias judiciales, la culpabilidad de los directivos en la gestión.

R. No conozco a fondo el caso Atlético, habría que leerse detenidamente la sentencia para saber a qué se refiere... En todo caso, a mí no me corresponde exigirle responsabilidades al señor Gil, son sus accionistas los que deberían hacerlo.

P. ¿Llegará a darse la situación de que desaparezcan clubes, como pasó en Italia?

R. No hay duda de que la desaparición del traspaso de futbolistas es un problema muy grave. Tradicionalmente, el 90% de los clubes modestos vivían del resultado extraordinario producido por el traspaso. Es una situación difícil que los clubes están empezando a vivir ahora, pero de ahí a que desaparezcan... Parece que hay cierto interés en que pase. Pero eso no es posible, porque el fútbol tiene un arraigo social tal y un concepto localista, casi tribal, que hace que sea imposible. En Oviedo se está haciendo una campaña de captación de socios para salvar el club, con el equipo en Tercera División. Alguien está defendiendo que son el mercado y los intereses económicos los que al final prevalecerán sobre el interés socio-político del fútbol. Pero yo no lo veo. El interés de que sólo sobrevivan los grandes sólo lo tienen los que persiguen copar absolutamente el mercado. El concepto de ese fútbol cerrado es el que la gente del fútbol no sabemos ver.

P. Pero sí hay clubes en el llamado grupo de los 12, como el Real Madrid, que no ven ningún inconveniente en jugar una Liga paralela, cerrada, sin ascensos ni descensos.

R. Es cierto que lo han expresado. Pero yo siempre les he dicho que aquí hay una ley y obliga a estar a todos los clubes de Primera y de Segunda en la Liga. Esa ley debería cambiarse antes de intentar crear una competición cerrada. Yo opino que no es conveniente.

P. Hay muchas voces que opinan que las diferencias entre grandes y pequeños se harán tan radicales que no habrá otra solución que hacer una Liga paneuropea al estilo de las grandes competiciones norteamericanas.

R. Antes de una ruptura total, hace falta un proceso paulatino de descomposición. Y eso es lo más difícil. ¿Cómo van a estar invitados sólo los clubes muy grandes en la competición? La distorsionarían. En un circo hay leones y enanos, y todos son necesarios para mantenerlo. Esta es la historia eterna del fútbol, que se repite desde hace 20 años. El elemento nuevo ahora es el pago por visión, que es una pura taquilla. Lo único que hay que saber es que si este equipo genera 100.000 compras y este otro 2.000 compras, 100 a 2 no puede ser, porque no hay competición deportiva. Hay que hacer diferencias razonables entre grandes y pequeños. En España, la relación es de 9 a 1. En Inglaterra es poco, de 2,5 a 1.

P. ¿Cuál fue el detonante de que se disparara el coste de los futbolistas?

R. En 1998, este sector multiplica por tres sus derechos de televisión de golpe. En la inmensa mayoría de los clubes esos ingresos se convierten en la principal fuente de financiación, llegando al 70%. El nacimiento de la televisión de pago hizo crear unas expectativas brutales sobre el fútbol. ¿Quién se beneficia? El que tradicionalmente lo ha hecho, el futbolista. Y ahí se produce una lucha tremenda por la adquisición de jugadores. El resultado, desde el punto de vista deportivo, no es malo. Nos hemos convertido en la mejor Liga del mundo, según la FIFA. Eso ha posibilitado, por ejemplo, que un Alavés pueda jugar la final de la Copa de la UEFA. Valoremos lo que tenemos que valorar. Esto es un espectáculo, y como tal, estamos obligados a ofrecer lo mejor al público. En España, 20 millones de personas siguen el fútbol a diario.

P. ¿Y por qué el fútbol ya no vale lo que valía, pese a su creciente interés social?

R. Durante todo este tiempo, entre la lucha que ha habido entre los dos canales de pago y la pervivencia del partido en abierto, las previsiones en el número de abonados no han sido las esperadas. Luego ha habido una fusión digital, que ha dado una situación, con todo el cariño, monopolística, en el sentido de exclusiva. Esa única plataforma, a la hora de ofrecer, ha dicho: voy a negociar a la baja. El fútbol se inflacionó de manera brutal y ahora se está corrigiendo.

P. ¿Qué papel ha jugado el Gobierno en la crisis de estos días? ¿Tuvo que intervenir en algún momento para acercar posiciones?

R. El Gobierno ha ayudado, pero sin presionar.

P. ¿Cómo se desbloquearon las negociaciones el pasado domingo? ¿Quién dio su brazo a torcer?

R. Ahí no te cuento nada, no puedo contestar (risas).

P. Parece que el Gobierno llegó a amenazar con parar las negociaciones sobre el porcentaje de las quinielas, la rebaja del IVA y el aplazamiento del pago a Hacienda, tres cuestiones clave para los clubes.

R. Yo no voy a contar las conversaciones que he tenido con el Gobierno, pero evidentemente, cuando se constituye la comisión interministerial para hablar de estas cuestiones se me dice que estaba condicionado a un inicio normal de la competición. Y así se lo transmito al G-30. Hay un momento culminante, en la asamblea del viernes 22, en el que los clubes se dan cuenta de que la cuerda se puede romper. Como seguía existiendo la oferta de Sogecable, la comisión de negociación me autorizó a que retomara las negociaciones.

P. ¿El que los grandes negociaran individualmente supone una pérdida de sentido de la Liga de Fútbol Profesional como representante de los clubes?

R. Esto ocurre desde el año 96, no es nuevo. En esa fecha todos los clubes decidieron la venta individual, lo que yo he hecho es recomponerlo. 30 de los 42 -aunque a última hora se escapara el Rácing de Santander- decidieron la venta colectiva. Tengo muy claro que en un régimen de exclusividad la venta colectiva de los derechos es la forma óptima. Siempre teniendo en cuenta, claro está, lo que diga el Tribunal de Defensa de la Competencia.

P. La llamada ley Cascos, que declara el fútbol de interés general y establece la obligación de emitir partidos en abierto es otro de los caballos de batalla de la LFP.

R. Somos el único país de Europa obligado a emitir un partido en abierto. Es cierto que la ley está basada en que el pueblo español está acostumbrado desde siempre a tener un partido en la televisión sin pagar por ello. Pero en términos económicos nos deja en una situación de desventaja. El 37% de los abonados a una televisión de pago lo están porque hay fútbol. Si estuviera en exclusiva y sólo se pudiera ver ahí, el crecimiento sería brutal y el fútbol también se beneficiaría. En cambio, la publicidad generada por el fútbol en abierto no puede crecer más, porque los partidos no admiten más cortes publicitarios que los que hay ahora. Incluso a algunas autonómicas no les importaría cambiar grandes partidos por grandes resúmenes, que les permitiría rentabilizarlos con publicidad. Al Gobierno todavía no se le ha planteado abiertamente, y menos con las elecciones a la vuelta de la esquina. Antes de tres años vamos a tener que negociar de nuevo sobre los derechos televisivos, pero hay cosas que tienen que cambiar, y una de ellas es la ley de interés general.

P. ¿Qué hay del proyecto de crear una empresa conjunta entre Audiovisual Sport, la LFP y los clubes para explotar conjuntamente los derechos de TV?

R. Creo que era interesante, pero no teníamos dinero. Y además eso tendría muchas dificultades de competencia, imagínate una empresa que aglutinara la oferta y la demanda. Pero es un discurso bueno para el futuro, porque el fútbol es algo muy especial, distinto del mercado empresarial.

P. La realidad económica de los clubes ha cambiado drásticamente. Antes, el 80% de los ingresos provenía de socios, abonados y taquillas, y el 20%, de los atípicos. Ahora es al revés. ¿De dónde se sacarán esos ingresos extra?

R. A la quiniela le hemos dado un cambio, quitándole el premio al 15 y aumentando el del 10. Esperamos que dé más beneficios y que el Gobierno nos aumente el porcentaje. Las negociaciones empiezan ahora. Por otro lado, tenemos un proyecto, que está desarrollando Indra, para hacer apuestas a través del móvil. Si funciona bien, serán unos ingresos similares a los de las quinielas, de 60 millones de euros.

Pregunta. Los clubes siempre han negado que existiera una deuda con Hacienda. Pero la Agencia Tributaria llegó a embargar en junio los derechos televisivos de ocho equipos hasta que se formalizara el pago. Ahora casi todos los clubes han pedido aplazamiento de una deuda fiscal que asciende a 288 millones de euros.

Respuesta. Hay discrepancias serias entre lo que dice la Inspección y lo que dice la LFP. Hemos recurrido ante el Tribunal Económico-Administrativo Central y ahí se está solicitando la ejecución de la suspensión del embargo a través de la presentación de garantías. Eso está pendiente y lo vamos a ganar nosotros. La situación de otros clubes es diferente, porque se trata de deuda corriente. Esos equipos tendrán mucha dificultad para poder hacer frente a esos pagos, porque además no sólo tienen dificultades con Hacienda. Son, sobre todo, clubes de Segunda.

P. ¿Qué medidas ha tomado la Liga?

R. Hemos creado una comisión disciplinaria para el control patrimonial. Hasta ahora, la acción de responsabilidad de un club en una situación técnica de disolución, la ejercían acreedores y accionistas. Ahora la Liga también puede pedir responsabilidad al club. Primero, con una amonestación, luego por la imposibilidad de fichar jugadores y finalmente con la expulsión del campeonato.

P. ¿Por qué no se audita a los clubes de fútbol?

R. Lo niego rotundamente. La Liga conoce perfectamente las cuentas de los 42 clubes de fútbol españoles. Las auditorías están presentadas, con más o menos salvedades, igual que en cualquier otro sector. El problema es que hay gente empeñada en decir que el fútbol es un sector oscuro, lleno de chorizos. Hay malos gestores en todos sitios, ¿o es que en la banca no los hay? Lo digo muy alto: los gestores de equipos de fútbol no son unos chorizos.

P. ¿Se le ha pedido al Consejo Superior de Deportes un segundo plan de saneamiento?

R. Jamás; no lo haría nunca. Los clubes son empresas y tienen que funcionar como tales. Lo único que reivindico es lo que nos toca, las quinielas.

P. ¿Ha quedado la Liga muy tocada tras la crisis?

P. Bastante. Sólo un ejemplo: el Eibar tiene 3 millones de euros de presupuesto; el Madrid, 240 millones. Y tienen el mismo voto. Eso es insostenible.

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