El déficit de EE UU en 2004 rondará el medio billón de dólares
La Oficina Presupuestaria del Congreso de EE UU presentará hoy las nuevas previsiones presupuestarias para 2004, que arrojan un déficit cercano a los 500.000 millones de dólares en lugar de los 475.000 millones estimados el mes pasado, informó The Washington Post. El déficit de este año se situará en 400.000 millones de dólares, sin contabilizar los gastos derivados de la presencia de tropas en Afganistán e Irak.
Este incremento desbocado de los desequilibrios públicos ha hecho saltar las alarmas en Wall Street. La comunidad financiera, por otro lado firme defensora de los planes de rebajas de impuestos del presidente George Bush, exige a la Casa Blanca un plan concreto para reducir el déficit y evitar, además, que amenace la incipiente reactivación económica.
Algunos expertos, como Allen Sinai, del grupo Decision Economics, estiman que el déficit superará el medio billón de dólares, hasta situarse en 535.000 millones de dólares.
El presidente Bush parece hacer caso omiso a las críticas de la comunidad financiera. El pasado viernes, el presidente apuntó que 'aquellos que se preocupan por el déficit deben preocuparse primero por la gente que intenta buscar un empleo. Estoy más preocupado por eso que por los números sobre un papel'. Es decir, que el debate sobre el déficit queda aparcado hasta que la recuperación se consolide.
Bush, cuestionado
Pero los expertos no están de acuerdo con ese planteamiento. 'Es hora de pensar en un plazo más allá de este año y el próximo sobre cómo reducimos los déficit a largo plazo que pueden convertirse en algo desastroso' para la economía, asegura Allen Sinai. Con el gasto militar creciendo de forma desmesurada, la extensión de las rebajas fiscales y el gasto en sanidad al alza, 'lo que está haciendo el Gobierno es echar gasolina sobre la economía', afirma Diane Swonk, economista jefe de Bank One.
Los analistas temen el impacto del creciente déficit público sobre los tipos de interés, con una fuerte subida en los dos últimos meses, el daño a la inversión privada derivado de ese aumento y la distorsión que puede introducir en el crecimiento del sector privado el primar en la economía el gasto público, sobre todo el de defensa. Bush ha prometido reducir el déficit a la mitad en cinco años pero sin adoptar ninguna medida.