æscaron;ltima oportunidad en el US PGA
Los mejores jugadores del circuito compiten este fin de semana en Oak Hill Nueva York) por ganar el último Grand Slam de la temporada
El dato más consultado en la web del US PGA es la fecha de nacimiento de los participantes del torneo. Los vencedores de los tres grandes disputados hasta ahora tienen en común que todos nacieron durante el mes de mayo, aunque de distinto año. En los tres casos anteriores también era la primera vez que conquistaban un major. ¿Por qué no puede darse un cuarto esta semana en Oak Hill, escenario del torneo que cierra el Grand Slam 2003? A veces la coincidencia se empeña en ser obstinada y si fuera así ninguno de nuestros tres representantes tendría ninguna opción.
Sergio García, la esperanza, nació en enero. José María Olazábal, el más veterano, es de febrero y por último, Ignacio Garrido es de marzo, claro. Correlativos, de distinto año, pero ninguno de mayo. La única coincidencia con los triunfadores es que dos de ellos -Sergio y Garrido- no se han estrenado en el Grand Slam. Este es el hecho que les otorga alguna posibilidad en las apuestas. Aunque no se pueden cubrir todos los números, los brokers están escarmentados con Ben Curtis, el desconocido que llegó a Sandwich el pasado mes de julio con una bolsa de palos colgada en la espalda y se llevó el triunfo en el British Open.
Pese a que esta semana todos están en juego, uno destaca por encima del resto, se llama Tiger Woods, a pesar de que el número uno mundial atraviesa por una situación nueva en su carrera. Es la primera vez en los últimos tres años que no tiene ningún grande. Esta semana tiene su última oportunidad y el dinero de los apostadores se sitúa otra vez al lado del californiano, una decisión que no les hará millonarios.
Muy cerca de Tiger se encuentra otro de sus compatriotas, Davis Love III, el único jugador que hasta ahora ha superado los cinco millones de dólares en premios y que la semana pasada dominó el The International, en Colorado, desde la primera a la última vuelta. Love, que hace poco más de un mes vivió la tragedia del suicidio de su cuñado, se rehace. Algunos dicen que no le quedaba más remedio, ya que el hermano de su mujer, que llevaba las finanzas del golfista, había incurrido en un descubierto de medio millón de dólares que fue la causa que le indujo a quitarse la vida.
Love dijo: 'No quiero hablar más sobre este tema. Me han informado de la cantidad que malversó y eso es todo. No diré ni una palabra más'. Ha dejado claro que, en una de las mejores temporadas de su vida, Davis Love III, de 39 años, sabe resolver situaciones de crisis económica y moral, aunque su mujer lo vive bastante peor, el golfista está dispuesto a olvidar y relativizar la gravedad de lo sucedido. Esta semana, junto al campo de Oak Hill de Rochester (Nueva York), Love ha aparcado con su autocaravana con toda su familia -tiene dos hijos-; para intensificar la convivencia ha rechazado la posibilidad de alojarse en un hotel de la zona.
Futbolistas estupefactos
¿Se imaginan a Ronaldo, a Figo o a Saviola viviendo en una autocaravana aparcada en las inmediaciones del estadio Bernabéu o del Camp Nou en un día de partido? No es fácil. Un futbolista presume de que necesita concentrarse antes del gran choque, que dura 90 minutos si el entrenador decide que juegue todo el partido. El golfista precisa mantener el 100% de sus sentidos en todo lo que sucede a su alrededor entre cuatro y cinco horas y sin posibilidad de pasarle la pelota a nadie.
Las superestrellas futbolísticas, que no ganan lo mismo que Tiger Woods, Davis Love III o Sergio García, por poner sólo tres ejemplos que les sacan bastantes miles de euros de ventaja, se han quedado estupefactas, sobre todo las del FC Barcelona, que han realizado una gira por Estados Unidos.
Acostumbrados por su popularidad a no tener que reservar mesa cuando acuden al restaurante, en EE UU han pasado inadvertidos. Cuando Patrick Kluivert llegó a Boston sin el visado que su situación particular exigía por parte de las autoridades norteamericanas, notó que de nada valió soltarle al funcionario de inmigración la frase 'I am a Barcelona player'. A las pocas horas regresaba solo hacia Europa.
De repente alguien de la expedición cogió un diario y leyó que Sergio García, haciendo pareja con Phil Mickelson, acababan de derrotar al equipo formado por Tiger Woods y Ernie Els, en una nueva edición de la Batalla de los Puentes, y en la que, por ganar, el castellonense se embolsó 600.000 dólares. El Barça, por tres partidos, cobró 700.000.