Las bodegas de los famosos
El mundo del vino está en auge. Cantantes como Lluís Llach, actores como Emilio Aragón, diseñadores de moda como Roberto Verino y hasta ex futbolistas como Sanchís y Butragueño tienen bodegas propias y crean sus vinos
El mundo del vino está en auge, y el interés que despierta no responde a una moda pasajera. Tal es la atracción que ejerce, que de un tiempo a esta parte protagonistas de la vida social, actores, cantantes, modistos, futbolistas, personajes habituales de la prensa y el papel cuché se han lanzado a elaborar vinos. En España tenemos ejemplos significativos de cómo la profesión de bodeguero se ha convertido para más de uno en una auténtica pasión.
Posiblemente el primero de ellos que empezó a sonar en los mentideros enológicos fue Lluís Llach. El conocido cantautor catalán ha llevado su compromiso personal y político al ámbito de los vinos. Empezó hace cerca de 10 años plantando viñas en unas tierras de Porrera, en El Priorato (Tarragona), de herencia familiar. Tratando de evitar que la gente joven de un pueblecito de sólo 350 habitantes tuviera que emigrar en busca de mejor futuro, se implicó junto con unos amigos, y pusieron en marcha los viñedos con la intención de hacer vino, aprovechando el potencial del Priorato. Cims de Porrera fue el nombre de la primera bodega (una sociedad) y el primer vino, que además sirvió para potenciar la cooperativa comarcal, cambiando los métodos de trabajo en la viña y aumentando significativamente en pocos años los precios que se pagaban a los viticultores. La primera añada del Cims de Porrera, la del 96, se convirtió en una de las grandes marcas de la DO. El entusiasmo le llevó a crear su propia bodega (junto con el notario del pueblo, Enric Costa) y a hacer sus propios vinos. El Celler de Vall Llach sacó al mercado su primera etiqueta en 1998. Hoy en día elabora dos tintos del Priorato, el Vall Llach y el Embruix -el primero un vino de alto nivel, el segundo un estupendo vino de excelente relación calidad-precio-, ambos hechos con esmero, vinos que respetan el carácter de cada variedad (cariñena, merlot, cabernet sauvignon).
Lluís Llach no es el único que se ha enganchado a las cepas. El famoso diseñador Roberto Verino se planteó hace seis años hacer vino en su tierra, en la comarca de Monterrei (Ourense). Quería revitalizar la zona y recuperar los históricos vinos de Verín, de los que ya hablara Colón en sus viajes. Lo primero fue plantar vides autóctonas (desaparecidas a primeros del XX con la filoxera) y después construir una pequeña pero modernísima bodega, tanto por estética como por tecnología. Pretendía hacer un vino de alta costura, y parece que lo ha logrado: el Terra do Gargalo blanco es un magnífico vino que ha servido de punta de lanza de una denominación que carecía de interés. Junto a éste, Verino -con su hermano al frente de la bodega- elabora un tinto con idéntica marca, a partir de la variedad arauxa (tempranillo adaptada a la zona).
Perito agrícola de profesión, el artista ha materializado en dos bodegas su pasión por el vino
Está claro que el vino, como la moda, tiene un alto poder de seducción. Por lo menos para gente como Emilio Aragón, un hombre polifacético que se ha embarcado, junto a otros conocidos socios del ámbito empresarial, en la explotación de una bodega de nuevo cuño. Bodegas Martúe está ubicada en La Guardia (Toledo) en plena Mancha. El proyecto se inició gracias al empeño de Fausto González -principal inversor- que tenía viñedos en la zona, y que para levantar la bodega recurrió a personas interesadas en el tema, como el propio Emilio Aragón. Desde el principio se contó con el asesoramiento técnico de un enólogo de prestigio como Ignacio de Miguel, que se ha encargado de elaborar los dos únicos vinos que hasta el momento ha producido la bodega, el Martúe y el Martúe especial, a partir de variedades como tempranillo, syrah, merlot y cabernet sauvignon. Las 90.000 botellas de la cosecha 2001, la única que por ahora han sacado, se agotó en mes y medio. Los precios, muy razonables (6 euros para el primero, unos 7,5 para el segundo), y la calidad del vino parecen augurar a la bodega un futuro prometedor.
Perito agrícola de formación, buen entendedor y catador de vinos, Joan Manuel Serrat expresa su talento creador no sólo en el campo de la música. Los vinos son su segunda gran pasión, una pasión que ha materializado en sus dos bodegas tarraconenses, una grande y moderna en Montsant y otra más pequeña y familiar en El Priorato. Con una inversión nada desdeñable se han levantado viñedos en bancales de pizarra, en dos grandes fincas (más de 300 hectáreas) que se cuidan con mimo, y que no renuncian a las más avanzadas técnicas de viticultura. Hasta el año que viene no saldrán al mercado los primeros vinos, que todavía no tienen etiqueta definida, pero sí apellido: Mas Perinet. Enamorado de los vinos argentinos y chilenos, de los blancos gallegos y los riberas, pretende hacer un vino muy mediterráneo.
Cambiando de ámbito, en cuanto a los protagonistas, pero volviendo a La Mancha, nos encontramos con un proyecto en ciernes. Catorce Viñas es el nombre de una empresa que esconde alguna de las caras más conocidas del fútbol español. El promotor de la idea ha sido Manolo Sanchís, un entusiasta del vino, que ha arrastrado a los también madridistas Butragueño, Martín Vázquez, Sanchís y Míchel, además del ex baloncestista Antonio Martín y el cantante y actor Miguel Bosé. Juntos se han embarcado en una ambiciosa empresa que, a medio plazo, cristalizará en la construcción de una bodega y la elaboración de vinos. De la sociedad también forma parte Ignacio de Miguel, uno de los enólogos volantes o asesores enológicos más conocidos del país, que trabaja en distintas bodegas y zonas vinícolas. æpermil;l se encargará de llevar a buen término el propósito de elaborar un vino sobresaliente, un vino de alta expresión, a partir de viñas viejas y un viñedo ultramoderno. La pretensión es que la primera elaboración vea la luz en 2005.
Las bodegas de las estrellas
En el panorama internacional encontramos estrellas del celuloide que no sólo cosechan éxitos. Gérard Depardieu hace 30 años que compró viñedos en Borgoña, y más tarde en Anjou, en Médoc y Languedoc. Su vino más conocido es el Château de Tigné, del que elabora más de medio millón de botellas al año. El también actor Christopher Lambert se ha ido a la igualmente comarca gala de Côtes-du-Rhône. Su colega Sam Neill ha preferido Nueva Zelanda para montar allí su bodega Two Paddock's.Uno de los más ambiciosos es el director italoamericano Francis Ford Coppola, que adquirió a una antigua familia de viticultores californianos la finca Niebaum, en Napa Valley. Sus vinos gozan de buena reputación, y para hacerlos no escatima esfuerzos: sus últimos viñedos los ha adquirido a 840.000 dólares la hectárea. Pero hay más nombres: Sting en la Toscana, Cliff Richard en el Algarve portugués, o el golfista australiano Greg Norman en su país también se han apuntado a la moda de hacer vinos.