Una explosión en un túnel del AVE a Valladolid deja atrapados a 35 obreros
Una explosión seguida de un incendio en el túnel del futuro AVE Madrid-Valladolid, en la provincia de Segovia, mantuvo ayer atrapados durante casi cinco horas a 35 trabajadores que realizaban tareas de dragado y mantenimiento en su interior. Las obras de construcción de este túnel fueron adjudicadas por Fomento a la unión temporal de empresas formada por ACS, Vías y Construcciones, Convensa, FCC y Ferrovial.
Un nuevo incidente se ha cruzado en la ajetreada vida de los trenes de alta velocidad en España. Tras unos días de fuertes polémicas sobre el estado del firme de la línea que unirá Madrid con Barcelona, el foco de atención se trasladó ayer a la línea que enlazará Madrid con Valladolid. 35 trabajadores, de los que 20 realizan las tareas de dragado y 15 tienen como función labores de mantenimiento, permanecieron atrapados casi cinco horas en el túnel que une las localidades de La Granja y Riofrío, en la provincia de Segovia.
Los trabajos del túnel en el que se produjo el suceso fueron adjudicados por el Ministerio de Fomento a la unión temporal de empresas formada por ACS, Vías y Construcciones, Convensa, Fomento de Construcciones y Contratas y Ferrovial.
El incendio a 850 metros de la boca norte del túnel de una locomotora de transporte de materiales obligó a los obreros a desplazarse por el interior del mismo tres kilómetros más allá de la locomotora, refugiándose en la parte alta del túnel y protegidos por una bolsa de aire.
La Subdelegación del Gobierno en Segovia contradijo esta versión al informar que el accidente se produjo cuando el tren que iba a recoger a los trabajadores, en el que únicamente viajaba el conductor, descarriló y provocó el incendio, que tuvo lugar a las 15,30 de la tarde, durante el cambio de turno.
La Guardia Civil, equipos de bomberos y ambulancias de Segovia se desplazaron al lugar del accidente, al que se envió también un helicóptero de bomberos y diverso equipamiento de atención sanitaria de la Comunidad de Madrid ofrecido por el presidente, Alberto Ruiz-Gallardón, al Ministerio de Fomento y a la Junta de Castilla y León, tras conversar con sus responsables respectivos.
La Agencia de Protección Civil e Interior de Castilla y León movilizó para la asistencia del siniestro más de 25 vehículos sanitarios, entre ambulancias, UVI móviles, bomberos y helicópteros sanitarios.
Las tareas de rescate fueron arduas. Cuando horas después los bomberos consiguieron extinguir el incendio, la gran humareda dificultó el rescate de los trabajadores atrapados.
El ministro de Defensa, Federico Trillo, se desplazó desde Madrid tras conocer el suceso, personándose a las 18.40 horas en la zona de entrada del túnel. También acudieron el consejero de Fomento y portavoz de la Junta de Castilla y León, Antonio Silván, y la concejala de Seguridad del Ayuntamiento de Segovia, Ana San José.
'Hermetismo oficial'
Una vez extinguido el incendio, los bomberos necesitaron comprobar que no existía ningún gas tóxico y reponer sus equipos de oxígeno. A continuación, comenzaron a aproximarse hasta el lugar en el que se encontraban los trabajadores.
Alrededor de las 20 horas, casi cinco horas después del accidente, los bomberos sacaron a los trabajadores atrapados, entre los aplausos de sus compañeros y de familiares que se habían desplazado al lugar del suceso.
Mientras Trillo felicitó a los que habían intervenido en el rescate, el secretario provincial de CC OO, Ignacio Blasco, se quejó del 'hermetismo oficial' y de la falta de atención a los familiares que acudieron a la zona. El primero en ofrecer algún tipo de información fue 'un concejal de La Granja', matizó.
Los trabajadores, una vez rescatados, fueron trasladados a las distintas ambulancias dispuestas junto al lugar del siniestro para ser sometidos a observación. Portavoces de la Junta de Castilla y León indicaron que los operarios no sufren 'ningún tipo de afección grave', según las primeras pruebas a las que se les sometió. Las citadas fuentes precisaron, según la agencia Efe, que casi todos los trabajadores accedieron por su propio pie a las ambulancias, a excepción de un par de ellos que necesitaron una camilla y oxígeno para llegar a los vehículos.
En Castilla y León permanecían en alerta centros hospitalarios de Valladolid, Ávila y Salamanca, así como el Hospital General de Segovia, donde se preparó un dispositivo para acoger a los trabajadores y realizar un análisis exhaustivo de su situación.
Un amplio despliegue para un final feliz
Aunque decenas de familiares de los trabajadores atrapados se desplazaron hasta el lugar del suceso, un clima de aparente tranquilidad fue la tónica dominante de este aparatoso incidente. Unas 15 ambulancias, varias dotaciones de bomberos, equipos sanitarios de Castilla y León y de Madrid, Policía Nacional y hasta un helicóptero de la Guardia Civil se dieron cita en las inmediaciones del túnel en el que se desató el incendio. Un amplio despliegue en el que colaboraron las dos comunidades autónomas, además del Gobierno central, y que tuvo en un Trillo vestido de sport la imagen del político de turno.'Los trabajadores se encuentran bien', fue la frase más repetida durante las cinco horas largas que permanecieron en el interior del túnel. 'Todos esperamos un final feliz, mucho mejor de lo que creíamos en principio', llegó a comentar la concejala de Seguridad del Ayuntamiento de Segovia, Ana San José.Sin embargo, esa sensación de optimismo fue precedida de una intensa preocupación, que se fue diluyendo a medida que los bomberos avanzaban en los trabajos de extinción del incendio y de las posteriores labores de rescate.El final fue un enorme estallido de aplausos cuando comenzaron a salir los primeros trabajadores. Todos lo hicieron por su propio pie. Las decenas de familiares y amigos que acudieron a las inmediaciones de La Granja no pudieron reprimir entonces gritos y llantos. Toda la familia de Omar y Darwin Vázquez, dos hermanos ecuatorianos que se encontraban en el túnel junto a su amigo Carlos Moreno, se habían congregado tras el cordón de seguridad. Con ellos llevaban a una niña pequeña y a un bebé.También María Cano, que tenía en el interior del túnel a su marido Ángel Mateo, de 50 años, se había trasladado hasta el lugar de los hechos. Según señaló a Efe, éste 'en ningún momento mostró preocupación por sus condiciones de trabajo'.