Japón regresa al mapa financiero
J
apón vuelve a estar en el mapa, al menos desde el punto de vista financiero. La segunda economía del mundo, sumida en una crisis estructural desde hace una década, comienza a mostrar síntomas de reacción a los estímulos, externos e internos, que de momento han impulsado su mercado de valores con una fuerza inusitada desde hace años. El índice Nikkei se ha revalorizado cerca de un 25% desde que finalizara la guerra de Irak en abril. Este rebote ha permitido que los fondos que invierten en este mercado se anoten ganancias muy interesantes en los últimos tres meses, muchas de ellas superiores al 20%. El aumento del negocio en las Bolsas niponas, responsable de las subidas, ha venido de la mano de los inversores institucionales internacionales, lo que es señal de que se está produciendo un cambio de actitud de cara a este mercado.
'Desde nuestro punto de vista, Japón ofrece la oportunidad de compra de toda una generación. Las perspectivas macroeconómicas son horrendas, pero la dinámica de las empresas, unida a unas valoraciones bajas, son extremadamente convincentes', señala en un informe Mark Pignatelli, director de inversiones de la gestora británica Schroders. A comienzos de los noventa, el tejido empresarial japonés sufrió un exceso de capacidad por el lado de la oferta derivada de los elevadísimos gastos de capital en que incurrieron las compañías cinco años antes. Lejos de corregir este exceso, las empresas mantuvieron estos niveles de inversión generando una espiral de deflación que ha mantenido en coma la economía del país.
Al llegar al Gobierno, Junichiro Koizumi agarró el toro por los cuernos e inició un proceso de reformas estructurales encaminado a liberar a la economía de un mal endémico cuyos síntomas se manifestaban con mayor intensidad en un sector financiero lastrado por los préstamos impagados y las participaciones cruzadas entre las empresas.
'Observamos un mayor optimismo en los mercados de renta variable por el lado de los ingresos de las empresas, combinado con el retroceso de los temores sobre bancarrota, tras la cuasi nacionalización del banco Resona', explican en Pictet Funds, la gestora suiza. 'El Gobierno japonés ha dado prueba de su compromiso para impedir una crisis proporcionando muestras de eficacia del programa destinado a reactivar la industria de servicios financieros'. Este programa contempla desentrañar la maraña de participaciones cruzadas del sector financiero japonés, que arrastraba a todo el mercado cuando caía una compañía, así como a dar por perdidos los créditos impagados.
Al margen de estas medidas, las propias compañías han comenzado a reestructurarse, reduciendo plantillas a mínimos de los últimos 37 años y haciendo lo propio con las inversiones en capital. Ambas medidas han favorecido la generación de flujos de caja. 'Los niveles actuales de generación de caja serán suficientes para pagar los excesos de deuda acumulados durante el periodo de la burbuja en los próximos tres años', asegura Pignatelli.
Al margen de la situación interna japonesa, que todavía dista mucho de ser boyante, el mercado ha recibido un fuerte impulso de la coyuntura internacional. Las perspectivas de una mejora de la situación económica en Estados Unidos a partir del final de este año y la desaparición de la incertidumbre generada por la guerra de Irak han despertado optimismo entre los inversores internacionales.
'En marzo preveíamos que el mercado de renta variable japonés podría tocar fondo en el ejercicio fiscal 2003 (entre abril de 2003 y marzo de 2004) después de una década de caídas. Reconocíamos que no tendría lugar en la primera mitad del ejercicio debido al proceso continuo para desentrañar las participaciones cruzadas y las liquidaciones de los fondos de pensiones de empleo', relata en un informe Toru Ohara, gestor del fondo de Japón de Franklin Templeton.
Debido a la fuerte caída de las Bolsas, el Estado se está haciendo cargo de una parte de los compromisos por pensiones de las compañías, en un proceso conocido como daiko henjo.
'El mercado se ha dado la vuelta mucho antes de lo que esperábamos. Parece que los inversores internacionales han decidido que han estado infraponderando el mercado japonés demasiado tiempo', añade Ohara. Para este experto, las ganancias desde abril han sido demasiado abruptas y aún existe sobreoferta en el tejido empresarial. 'Podríamos asistir a un periodo de corrección, aunque esperamos que el exceso de oferta alcance su techo en otoño', añade.
Los gestores internacionales, hasta que mejore definitivamente el panorama económico de Japón, se apoyan en el impacto que puede tener sobre las empresas la recuperación de la actividad global, a lo que se unen las valoraciones atractivas de las acciones. En los últimos meses, los líderes del mercado han estado sometidos a fuertes presiones de venta debido al proceso de daiko henjo y a las ventas generadas por las participaciones cruzadas. Esta tendencia puede mantenerse un tiempo, pero algo, sin duda, parece que comienza a moverse en Japón.