Los mercados sólo juegan la carta de la recuperación económica
No hay medias tintas. La crisis de la Bolsa ha generado urgencias históricas en los mercados internacionales, que ya solamente juegan a una baza: la de la recuperación económica en Estados Unidos. Los movimientos sectoriales y los resultados empresariales, incluso los tipos de interés, no son cartas con las que jueguen los inversores.
Buen ejemplo de ello fue la entusiasta respuesta al dato de PIB estadounidense en el segundo trimestre del año. El 2,4% que creció la primera economía del mundo generó una fuerte subida que se fue diluyendo a medida que los analistas rascaban las cifras. Se dieron cuenta de que era un dato de crecimiento inflado por la aportación masiva de gasto público, principalmente el presupuesto de defensa.
Algunos economistas recuerdan el rebote del PIB entre finales de 2001 y principios de 2002. Aquél estuvo estimulado también desde el sector público, pero sirvió sólo para arreglar las cifras económicas durante medio año. Empresas e inversores, que atienden a más cosas que al dato puro y duro, sabían que la recuperación estaba lejos y tras este paréntesis la economía y los mercados volvieron a retroceder.
El mercado se desinfló ya el mismo jueves y esperó a conocer el dato de desempleo de Estados Unidos. La contratación de trabajadores es la prueba del nueve para comprobar si, realmente, la mejora económica va en serio. El dato de desempleo publicado ayer dio la razón a los inversores que aprovecharon que Wall Street estaba en máximos del año para vender. El crecimiento del 2,4% no sirvió para que la economía dejase de destruir empleo, y en este contexto no se puede asumir como un hecho la recuperación económica.
æpermil;sta es, aún, una hipótesis, aunque con bastante predicamento en el mercado. Las dudas que acucian a los inversores son muchas y significativas, pero el mercado sigue apostando por un escenario más positivo en el medio plazo.
La Bolsa ha registrado la que ha sido, con diferencia, la mejor racha desde el inicio de la crisis. De hecho, el Ibex no registraba cuatro meses de alzas desde 1999.
Los mercados arrancan agosto con un sabor de boca entre agrio y dulce. Cifras como la de ayer limitan el recorrido alcista del mercado. El Ibex ha fracasado en su último asalto al 7.000, empresa que lleva acometiendo varias semanas.
Actualmente, y a no ser que aparezcan nuevos datos que el mercado interprete como positivos, el mercado parece destinado a prolongar su movimiento horizontal.
La tecnología, otra vez cara
El animal colectivo al que se denomina mercado no suele, como el hombre, tropezar dos veces en la misma piedra. Si acaso, tropieza en piedras parecidas. Pero en los últimos meses los inversores han vuelto a inflar más allá de lo razonable las cotizaciones de algunas compañías tecnológicas, en las que la relación entre precio y beneficio parece corresponder a un mercado alcista y no a una crisis que ha durado tres años y medio.El PER estimado (con beneficios previstos para 2003) del Nasdaq es de 36 veces y el PER calculado a partir de beneficios pasados ronda los tres dígitos. No son pocos los analistas que hablan de otra burbuja tecnológica. En realidad, las condiciones del mercado no invitan a pensar en un proceso parecido al de 2000, pero bien es cierto que una eventual pérdida de confianza en el sector tecnológico puede extender sus efectos negativos al resto del mercado. El peso de este sector dentro de las carteras, así como su influencia en el conjunto de la economía no es, en cualquier caso, comparable a la situación vivida en el primer semestre de 2000.