La incertidumbre política de México alarma a las empresas españolas
La victoria del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones legislativas del 6 de julio en México ha encendido la luz de alerta entre las empresas españolas con intereses en el país azteca, que temen una paralización de las reformas liberalizadoras prometidas por el vicepresidente Fox en materia laboral, energética y fiscal.
Aunque las compañías eran ya escépticas antes de conocer el resultado electoral, los recelos se han agudizado una vez conocida la mayoría del PRI en la Cámara de Diputados que, como señala el presidente del Club de Exportadores, Balbino Prieto, 'obligará a Fox a frenar todo su programa y a negociar concesiones'.
Ya a finales de mayo una delegación empresarial, en la que se encontraban los responsables para México de Gas Natural, Javier Hernández; Telefónica Móviles, Francisco Ruiz; Iberdrola, Gonzalo Pérez, y Endesa Servicios, Evaristo Villa, se entrevistó con responsables del Ministerio de Hacienda mexicano para exponerles su 'preocupación por la lentitud de las reformas prometidas', aunque garantizando, en todo caso, la estabilidad y el futuro de las inversiones.
En esta línea, tanto Balbino Prieto como el presidente de los Comités de Cooperación Empresarial de las Cámara de Comercio, Fernando Puerto, coinciden en afirmar que 'las empresas españolas mantienen su interés por México' y recuerdan que 'la imbricación de la economía mexicana con las de sus dos grandes vecinos del norte hace muy difícil cualquier sobresalto y aventura'.
Una opinión que también comparte el director de negocios del ICO, David Moreno, quien durante su reciente estancia en México afirmó con rotundidad que 'las empresas españolas quieren invertir en México y la van a seguir haciendo'. Lo que nadie duda es que las nuevas operaciones van a estar muy pendientes de la evolución de las reformas que, como explicó el director de Planeación Haciendaria de México, Andrés Conesa, 'tendrán algunas posibilidades de avanzar en la segunda mitad de 2003 y 2004, pero en 2005 será difícil' por la proximidad de las elecciones presidenciales en 2006.
A pesar de todo, los proyectos de inversión nueva de empresas y banco españoles en México sumarán este año 900 millones, destacando el contrato adjudicado a CAF para el suministro de trenes de cercanías en Ciudad de México, que el mayor contrato ferroviario en la historia del país. España es ya el segundo inversor extranjero con un capital acumulado de casi 12.000 millones entre 1994 y 2002, concentrados en banca, telecos y electricidad.
La UE amenaza con desvíos de inversiones
La inquietud por el futuro de las reformas pendientes en México afecta también a los responsables de la UE, que en los días previos a las elecciones advirtieron que sin reformas las empresas europeas interesadas en invertir en el país azteca buscarán otros lugares para colocar su capital.Durante la inauguración del reciente encuentro empresarial entre la UE y Centroamérica, celebrado en la capital mexicana, el primer secretario de la Comisión Europea en México, Philippe Dupuis, afirmó que aunque la reforma energética no es una condición para la inversión, 'los inversores europeos están esperando en las puertas de México cuál será el resultado de las discusiones', en alusión a la propuesta de liberalización del sector eléctrico aprobada por el Gobierno de Fox y que está estancada en el Congreso,Dupuis reconoció que México es un mercado 'interesante para invertir', pero matizó que si no se concretan los acuerdos para las reformas 'las empresas van a buscar otros países para realizar sus inversiones', porque el marco legal actual impone condiciones muy estrictas a la participación del capital privado y 'los inversores quieren tener una cierta capacidad de decisión sobre su dinero'.