El mercado apuesta por tipos altos
Las cosas empiezan a cuadrar. Durante varios meses los inversores se han desgañitado al señalar que no era coherente la subida de la Bolsa, impulsada por las expectativas de recuperación económica, con la subida paralela del precio de los bonos. Si la economía marcha bien, ¿por qué el dinero busca refugio seguro? Además, la recuperación debería llevar los tipos de interés a niveles superiores a los actuales, mínimos de varias décadas en Europa y Estados Unidos.
En el último mes los tipos de interés de la deuda han subido con fuerza. De igual manera, y aunque Alan Greenspan sostenga que los tipos se mantendrán bajos, la encuesta de gestores de fondos hecha por Merrill Lynch refleja que la mayor parte de los inversores institucionales ya tiene en mente que es posible que, en los próximos 12 meses, empiecen a subir los tipos de interés.
No son, con todo, malas noticias. La Bolsa puede volver a bajar si los sustos que han dado compañías como Ford y Lucent se prodigan en Wall Street. Al fin y al cabo, el mercado se había puesto unas expectativas demasiado altas. En ese caso los bonos volverán a atraer el dinero. Lo raro es que la Bolsa subiese y los bonos también, una relación histórica que se rompió poco antes del estallido de la burbuja.
Las explicaciones de por qué se rompió apuntan, principalmente, al exceso de liquidez en las carteras, procedente de las fuertes bajadas de tipos de interés. Ello introduce un elemento de duda en la subida bursátil registrada desde los mínimos de marzo.
Varios analistas señalan que la remontada ha podido ir demasiado lejos, teniendo en cuenta la falta de pruebas de recuperación. Pero no se puede apostar cuando ha terminado la carrera. La caída de los bonos indica que la confianza en la recuperación se ha generalizado, y ya se sabe que en Bolsa lo que cuenta no es la realidad, sino cómo la ven los demás.