Emprendedores de altos vuelos
En 1988, Benito Cruz y Juan Pedro García eran dos jóvenes trabajadores de la construcción que compartían su afición por el deporte de la escalada. Observando los complicados andamiajes que debían montarse para realizar limpiezas y reparaciones en edificios de grandes alturas, ambos pensaron que sus habilidades como alpinistas tal vez podrían ser aprovechadas para encauzar su futuro laboral.
Los dos emprendedores decidieron iniciar su actividad como autónomos, ofreciéndose a empresas y comunidades de vecinos para efectuar trabajos en altura, sustituyendo el andamio por las cuerdas. La buena acogida que obtuvieron sus propuestas les animó a crear su propia empresa.
Así nació Traver Especialistas en Alturas, una firma que estrenaba sector y que, rápidamente, iba a provocar un auténtico boom sectorial. 'Creo que entonces no fuimos conscientes del alcance de nuestro proyecto', señala Juan Pedro García, 'pero lo cierto es que ahora, sólo en Zaragoza, hay más de 60 empresas que se dedican a esta actividad'.
Lo curioso es que a Traver le ha ido mucho mejor con el aumento de la competencia. Para Juan Pedro García, 'la razón está en que los clientes valoran el trabajo bien hecho y castigan duramente las deficiencias. La empresa tiene asegurado el trabajo para más de un año porque, desde el principio, hemos procurado ofrecer una garantía total sobre la ejecución de los encargos'.
Juan Pedro García subraya que las reparaciones en altura son un trabajo complicado. 'Muchos creen que con saber escalar ya están capacitados. Enseñar a una persona a deslizarse por una cuerda es muy fácil, lo difícil viene cuando se enfrenta a la reparación. Por eso están desapareciendo muchas empresas en el sector, porque carecen de los especialistas que requiere esta actividad'.
Con los años, Traver (que actualmente tiene como socios a Benito Cruz, Carlos Blasco y al propio Juan Pedro García) ha ido ampliando su oferta. Sus servicios abarcan desde la obra civil , industrial y urbana a los trabajos de albañilería, pintura y mantenimiento. En estos ámbitos la gama de tareas es amplísima: obras de iluminación, , reparación de desprendimientos, limpieza de cristalerías, etc.
Desde el andamio
El empresario asegura: 'Nosotros utilizamos el medio más adecuado para cada actividad porque lo importante es hacer bien los trabajos. Cuando empezamos, el andamio era el único sistema y nosotros nos limitamos a romper esa exclusividad, porque limitaba muy considerablemente las actuaciones en vertical'.
La seguridad de su plantilla constituye una verdadera obsesión para unos empresarios que cuentan con una dilatada experiencia como trabajadores. 'La exigencia de calidad debe ser muy rigurosa, ya que la utilización de materiales inadecuados o cualquier deficiencia en la disposición de anclajes, arneses o nudos puede poner en peligro la vida del operario', subraya García. La experiencia les ha enseñado a los promotores de Traver que los andamios no siempre son sustituidos ventajosamente por las cuerdas.
Juan Pedro García reconoce que 'iniciar una actividad estrenando sector tiene unos comienzos duros, incluso cómicos. Hasta hubo quien avisó a los municipales al ver a unos supuestos irresponsables trepando por las paredes'.
Otra de las desventajas residía en la valoración de los trabajos. 'Muchas veces nos equivocamos pensando que un determinado trabajo era sencillo, y una vez arriba, comprobabas que la tarea era mucho más complicada y que habías pedido una cantidad muy baja. Pero siempre tuvimos en cuenta que lo primero era que el cliente quedara satisfecho y eso, a la larga, nos ha salido rentable'.
Traver ha trepado a los edificios más emblemáticos de Aragón. Desde la Basílica del Pilar hasta la chimenea de La Azucarera de Monzón o la presa de Lanuza. Y es que, como señala irónicamente García, 'lo que no se puede negar es que, hace 15 años, creamos todo un negocio de altura'.
Una pequeña empresa para un gran negocio
La empresa zaragozana cerró 2002 con una facturación de 721.000 euros y espera alcanzar los 841.000 euros a finales del año en curso.Desde que la constructora Auxini les encargara su primera reparación de importancia, su cartera de clientes no ha parado de crecer. En esta relación se incluyen tanto grandes empresas (desde Endesa, Pikolín y Ginés y Navarro a Telefónica, Enher o el BBVA) a instituciones públicas o religiosas (Gobierno de Aragón, Ministerio de Trabajo o el Arzobispado de Zaragoza), pasando por un rosario de ayuntamientos y comunidades de vecinos.La experiencia obtenida en 15 años de trabajo permite a Traver aceptar encargos de gran envergadura. Esta mejora en su especialización se aprecia especialmente en el campo de la obra urbana, donde la gran variedad de materiales y acabados hace necesaria una formación adicional para definir las causas de los destrozos y afrontar su reparación. Sus 17 trabajadores atienden directamente en obra las consultas puntuales de sus clientes.