El plan de infraestructuras blinda la cartera de pedidos por dos años

Con crecimientos superiores al 10%, la construcción de viviendas ligada al boom (para algunos, burbuja) inmobiliario es una mina para las compañías constructoras. Pero los analistas, al hablar de las perspectivas del sector, destacan por encima de todo la obra pública. El Plan de Infraestructuras 2000-2007, financiado en parte con fondos europeos, garantiza inversiones en obra pública por 114.000 millones de euros y permite que las empresas del sector tengan carteras de pedidos equivalentes a dos años de actividad. Estas inversiones son una garantía de negocio de la que otros sectores no pueden presumir y que tiene gran valor en épocas de incertidumbre.

Pasado ese plazo, los fondos europeos dejarán de llegar, con lo que las compañías del sector deberán buscar negocio fuera, especialmente en la ampliación de la UE hacia Europa del Este. De ahí la necesidad de ganar tamaño y la actual oleada de procesos de integración.