Recuperación en vivo y en directo
Dice un proverbio oriental que el pez no crece en agua clara. Cuando es joven y vulnerable necesita ocultarse entre algas y piedras, antes de mostrarse por completo. Hoy por hoy, el mercado está esperando asistir en directo a la recuperación económica. Quizá sea por la influencia de la televisión; que lo da todo todo el tiempo, pero el caso es que nadie quiere perderse un minuto. Quieren ver cómo nace, cómo asoma la cabeza y cómo cobra vigor hasta alcanzar su auge.
Pero eso no pasa. La recuperación llegará, tarde o temprano, pero no será retransmitida en directo por los medios de comunicación. Poco a poco, los inversores, los empresarios y los trabajadores se darán cuenta de que las cosas están mejor que antes. El pez asomará la cabeza, pero un tiempo después de nacer.
Todo esto viene a cuento de la comparecencia hoy de Alan Greenspan en la Cámara alta estadounidense. No son pocos los comentaristas que esperan que Greenspan diga que ya hemos salido del túnel. Entonces, de un día para otro, se habrá acabado la crisis.
La Reserva Federal tardó casi un año en darse cuenta de que la economía estaba gravemente enferma. Para entonces la Bolsa había sufrido ya notables caídas que, pese a todo, eran sólo el primer episodio de la crisis.
Hay motivos para pensar que puede merecer la pena apostar por la recuperación de las Bolsas. Como también los hay para considerar que la renta variable no se ha purgado del todo. Esperar que sea Greenspan quien resuelva el dilema es perder el tiempo. La famosa ambigüedad del presidente de la Reserva Federal se ha agudizado en los últimos meses, toda vez que ya no le quedan muchas rebajas de tipos por practicar. Mejor será vigilar los resultados empresariales que se presentan esta semana, la más prolija del trimestre. Salvo sorpresa mayúscula, serán quienes muevan el mercado.