Médicos contra abogados
Los médicos no lo vieron. El chico de 17 años tenía una simple apendicitis pero no lo vieron y cuando tres días más tarde quisieron operar tenía una infección intestinal que causó severas adherencias intestinales e hicieron necesarias varias operaciones 'dejándole con un abdomen desfigurado por las cicatrices y la probabilidad de futuras operaciones'. Así resumen los hechos en el bufete de abogados de Nueva York, Wingate, Russotti & Shapiro, para explicar que uno de sus asociados cerró un acuerdo con cinco médicos y consiguió una indemnización de 4,5 millones de dólares.
Casos como éste van a ser uno de los puntos claves del debate electoral para el año que viene y los lobbies afilan cuchillos y preparan sus donaciones a unos y otros. Los abogados miman al partido demócrata y los médicos hacen lo propio con los republicanos.
Y es que el Gobierno de George Bush quiere que este tipo de pagos y procesos, que se multiplican por el país, se acaben y para ello impulsa una reforma legislativa, en el punto de mira de su partido desde hace años, que modifique el actual sistema de responsabilidad civil, especialmente en materia de indemnizaciones. La cuestión médica ha sido de las primeras en ser impulsada y coincidiendo con ello, en el último año han salido a la luz de forma esporádica la situación de algunos médicos que han dejado sus carreras por no poder pagar los seguros de responsabilidad, cada vez más caros, abandonar la práctica de cierta medicina (principalmente cirugía) de alto riesgo o dejar de atender algunos pacientes.
La cámara de representantes aprobó un texto que establece un límite de 250.000 dólares a las indemnizaciones o dos veces el coste de los daños por gastos médicos, salarios pedidos u otros gastos. Las minutas de los abogados que trabajen en estos casos se verían limitadas.
Pero no ha podido ser, así que se volverá con ello a la campaña. El partido demócrata ha negado desde su minoría en el Senado el paso de esta ley porque creen que la ambiciosa reforma que busca Bush limitará el derecho a demandar, no ya a los médicos, sino en etapas subsiguientes a las empresas por causas civiles derivados de su actuación.
Desde África, esta semana, Bush hizo constar su 'decepción'. 'El sistema de responsabilidad civil médica está en crisis y el acceso a una medicina de calidad para los americanos está en peligro por frívolas y abusivas demandas', explicó.
Los demócratas aseguran que en el debate se ha utilizado mucho la demagogia y que el problema no es tan grave. Lo que es más evidente es que los lobbies han usado su poder hasta el límite y ya casi es una cuestión de fuerza de éstos más que un debate de alta política y rigor técnico, algo deseable en una sociedad tan litigante como la estadounidense.
Los médicos han contado con el decidido y personal apoyo de uno de los miembros de la profesión, el doctor Frist, más conocido por ser el líder de la mayoría republicana en el Senado, mientras que los abogados han tenido el de uno de los candidatos demócratas, el abogado John Edwards, cuya fortuna procede del ejercicio de la abogacía en este tipo de litigios. Viendo las reacciones e intereses personales de unos y otros es de prever que en la campaña haya acaloradas discusiones que dilaten la adopción de la cordura en una cuestión que siempre es noticia en este país.