La ONCE aborda un relevo generacional en su cúpula directiva
La cúpula directiva de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) ha decidido apostar por el relevo generacional a la hora de designar a los nuevos responsables de la organización. El consejo general, máximo órgano de gobierno de la ONCE, designó ayer a Miguel Carballeda como nuevo presidente en sustitución de José María Arroyo, que llevaba 14 años al frente de la institución.
Carballeda, de 43 años, era hasta ahora director general. El nuevo presidente lleva 25 años 'dedicados a la casa y la conoce desde la base, ya que empezó como vendedor de cupones y ha ido accediendo a cargos de responsabilidad con el paso del tiempo', aseguran fuentes de la ONCE.
El puesto de director general lo asume Ángel Sánchez, que hasta ahora era adjunto a la dirección general, mientras que José María Arroyo accede a la presidencia de la Corporación Empresarial. Enrique Servando Sánchez se mantiene como consejero delegado de la corporación.
El consejo general de la ONCE, compuesto por 15 miembros, cuenta con tres vicepresidentes: Mario Loreto Sanz, Andrés Ramos (que se mantienen en sus puestos) y Carlos Rubén Fernández, de 33 años, que accede a este puesto en esta remodelación.
Desde la propia organización se interpreta este cambio como un intento por modernizar las estructuras y 'dar entrada a las nuevas generaciones que se han formado en la casa'.
32,5 millones de beneficio
La ONCE presentó también ayer los resultados auditados del ejercicio 2002 con un beneficio de explotación de 43 millones de euros (10,5 millones más que el año anterior) y un resultado contable consolidado después de impuestos de 32,5 millones, frente a 27,5 millones de 2001.
Las ventas por cupón, en cambio, descendieron casi un 3%, al situarse en 2.383 millones, debido a la caída del negocio del juego.
La Corporación Empresarial logró un beneficio neto contable de 10,4 millones frente a los siete millones de 2001.