"El europeo no está acostumbrado aún a invertir en aviación"
Ulrich Wachter tiene bajo su responsabilidad la gestión de más de 3.000 vuelos semanales entre 50 países, la mayoría en el corazón de Europa. Trabaja para Lufthansa desde 1972, y en este tiempo se ha convencido de que la compañía de bandera alemana será una de las cuatro o cinco aerolíneas que gobernarán el espacio aéreo globalizado del inmediato futuro.
Pregunta. ¿Qué papel juega España en el mercado global de Lufthansa?
Respuesta. Es un mercado de primer nivel cuyo interés se ve reforzado por su alto índice de crecimiento y relevancia en el negocio turístico.
'Sería posible que las aerolíneas europeas compren a sus competidoras de EE UU por su bajo precio en Bolsa; temo que la realidad, tras la crisis, sea al revés'
P. ¿Cómo visualiza el desarrollo de las alianzas en dos o tres años?
R. Es difícil acertar en esa adivinanza. Lo que ocurra dependerá de tres factores. De las seis grandes aerolíneas que existen en EE UU, aunque tras las crisis probablemente quedarán dos. El futuro de las actuales alianzas dependerá de quienes sean los supervivientes. La evolución de la situación económica en el mundo, en Europa y muy en especial en Alemania es el segundo factor. Por último, tendrá importancia el comportamiento de los Estados, que deben dejar de ayudar a sus compañías de bandera, lo que acelerará el proceso de consolidación. Desde mi punto de vista, los protagonistas del futuro serán las principales alianzas, Star Alliance, Sky Team y One World. Fuera de ellas habrá poco espacio para aerolíneas que actúen por libre.
P. El miedo a volar se ha instalado en el viajero estadounidense tras el 11 de septiembre, mientras que en Europa el mercado y la confianza se han recuperado. ¿Qué influencia puede tener este factor a largo plazo?
R. Los europeos estamos más acostumbrados a las situaciones imprevistas que en EE UU, donde el 30% de los viajeros evitan coger el avión si hay otra alternativa. Creo que si no vuelven a producirse acontecimientos adversos, este fenómeno debe corregirse a corto plazo, ya que en Estados Unidos la principal alternativa de transporte es el avión.
P. Entonces la aviación en Estados Unidos volverá a marcar la pauta.
R. El peso de cada mercado en el concierto mundial está cambiando. En EE UU ha sido muy barato volar desde siempre. Pero en los últimos tiempos, es en Europa donde se registra un crecimiento sostenido en las cifras de viajeros, ya que los precios de los billetes están bajando de forma exponencial. Otro factor en favor del Viejo Continente es la integración de los países del Este, que amplían el mercado.
P. Por su valor en Bolsa, las principales aerolíneas europeas tendrían capacidad para comprar a sus competidores en EE UU hoy. ¿Cree viable esta posibilidad?
R. Es un fenómeno sorprendente. El bajo valor bursátil de las aerolíneas americanas tiene que ver con los problemas que padecen por la crisis. La compra que usted plantea sería posible en la teoría, pero no en la realidad. Primero, los accionistas europeos están poco acostumbrados a tener títulos del sector, al contrario de lo que ocurre en EE UU, y no aceptarían este tipo de compra. Segundo, nadie invierte en empresas cuyo negocio va mal. Tercero, las aerolíneas americanas son auténticos monstruos y además su actividad principal está en las rutas domésticas.
P. ¿Cuál es su previsión?
R. Una vez que se supere la crisis en Estados Unidos y se lleve a cabo la consolidación en dos o tres compañías, desde mi punto de vista el peligro real es que las aerolíneas americanas serán las que empiecen a comprar empresas en Europa. Esta amenaza será más fácil de llevar a cabo si las aerolíneas del Viejo Continente se dejan llevar y no avanzan ellas mismas en el inevitable proceso de fusiones.