La autoridad de Berlusconi
No hay ninguna garantía de que Berlusconi, como presidente de la Unión Europea, vaya a mantener sus labios cerrados como debería haber hecho cuando, justo después de los ataques del 11 de septiembre, declaró la superioridad de la civilización occidental frente al islam, o como cuando, más recientemente, sugirió que Rusia o Israel podrían unirse a la Unión Europea (...).
El señor Berlusconi querrá hacerse oír en los debates sobre Irak. Habiendo tomado parte por la visión de Washington del conflicto, junto con Tony Blair y José María Aznar, intentará llevar a Francia y Alemania hacia un camino más pro estadounidense. Pero su reciente discusión con Francia sobre Oriente Próximo dificulta las cosas.
La cuestión es si la chapuza por la que Berlusconi ha conseguido inmunidad ante interposiciones judiciales en su casa le otorga autoridad para dictar nada a otros, incluso a Jacques Chirac.