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Política

Atrapados en la fácil victoria

Israel ganó una guerra en seis días y se quedó atrapado en el séptimo'. Era una reflexión admonitoria del columnista Thomas Friedman durante la guerra contra Irak, advirtiendo de las rápidas victorias, de las guerras fáciles y de los problemas de las posguerras. Las preocupaciones de quienes como Friedman entienden que se aprende de la historia, fueron en su día desdeñadas por Donald Rumsfeld, el combativo secretario de Defensa. 'Estas cosas pasan' dijo con despreocupación tras el saqueo en el museo de Bagdad, uno de los primeros actos de pillaje que se multiplican ahora en el país.

EE UU está atrapado en su victoria en Irak. Las noticias que llegan de esta zona a los televisores y los periódicos de los estadounidenses no van en la dirección querida por la Casa Blanca. Las armas de destrucción masiva no se encuentran, la ONU ha oficializado que no hay pruebas que relacionen a Al Quaeda con Irak (además de criticar que lo que se ha hecho hasta ahora no ha disminuido su potencial de terror), pero lo peor es que cada día se registran más bajas del ejército americano (66 en lo que va de posguerra) o británico, en una zona donde ya no hay guerra, según declaró a bombo y platillo el presidente George Bush en abril. En el Gobierno se empezó a hablar de actos terroristas, para calificar estos ataques a las tropas, últimamente de insurgencia.

Empieza a cundir la idea de que la victoria no fue total, que el planteamiendo de acabar con Sadam Hussein era poco ambicioso y que se ha subestimado a la plataforma política del partido Baath. Los estadounidenses se inquietan y la labor de reconstrucción del país se complica extraordinariamente por la inseguridad, lo cual puede alargar la complicada situación.

En declaraciones a The Washington Post, un ex miembro de la Agencia de Inteligencia de Defensa, Jeffrey White, expresaba su preocupación por que la resistencia se amplía y sofistica. 'Nuestras operaciones inevitablemente crean animosidad porque hay bajas civiles, se interfiere en las vidas de la gente y se les humilla además de destrozar sus propiedades', decía.

El Pentágono, desde donde ya se ha dicho, sin precisar más, que las tropas estarán en Irak 'el tiempo que sea necesario' podría mandar un equipo independiente de expertos a Irak para hacer un análisis de la posguerra y la que ya se ve como una ocupación mal planeada. Jay Garner, el primer y fallido proconsul americano en Irak, admite que ha habido caos y los problemas que han sobrevenido no estaban en la agenda de prioridades.

Muchos ex militares creen que será necesario mandar más tropas pero mientras está en el aire cuál es la naturaleza de las operaciones en Irak, hay países como India que dudan en mandar las suyas. No es sólo una cuestión de seguridad sino de saber qué papel tienen y si la guerra ha acabado o no. El duro Paul Bremer, sucesor de Garner, daba esta semana a la CNN las primeras señales de velada incomodidad.

Bush no está a gusto, y menos lo está el equipo que prepara su reelección. Esta semana el diario Financial Times llegaba a asegurar que se empieza a cuestionar, discretamente, la estrategia de los 'halcones neoconservadores' como Rumsfeld (cabría incluir a su segundo Paul Wolfowitz). Según este diario arrecian los rumores en los pasillos de la oficialidad deWashington y lo último es que puede que el muy vapuleado por los 'neo con' Colin Powell no sea el único que no repita legislatura.

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