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Ajuste laboral

Telefónica centra el ajuste de empleo en el personal técnico y de red

Cada nuevo ordenador o equipo de conmutación que se instala en una central de Telefónica de España reduce inmediatamente las necesidades de operarios y técnicos que los utilizan y lo mismo sucede con la renovación de las propias centrales. El mantenimiento tampoco es lo que era. Cuando un teléfono se estropea es más eficaz cambiarlo por otro que arreglarlo. Las averías en la red se resuelven de forma centralizada y los casos que exigen un desplazamiento físico al lugar del problema se han reducido drásticamente.

Y mientras las tecnologías minimizan las necesidades de personal técnico, la competencia del mercado de telefonía fija y la lucha por el cliente obliga a centrar la atención en las labores comerciales y de cara al público.

æpermil;ste es el escenario que describe cada baja del expediente de regulación de empleo presentado el martes por Telefónica de España y que afectará a 15.000 trabajadores en cinco años, uno de cada tres. Los recortes programados para el primer trienio no dejan lugar a dudas. El grueso se centra en puestos que antes eran vitales: encargados, operarios y técnicos de planta y red. En el lado contrario, comerciales y vendedores se llevan la mejor parte.

La regulación, sin embargo, es de tal calibre que sólo hay cinco categorías sobre un total de 74 que no se ven afectadas por el recorte. En número, su importancia es testimonial, puesto que engloban tan sólo a 12 personas, y también las funciones que desempeñan, ya que se trata, entre otros, de los pedagogos o el sociólogo de la compañía.

En general, la envergadura de la regulación lleva a que la compañía no prevea la continuidad de nadie que no sea casi imprescindible y en este capítulo se ven afectadas todas las categorías, especialmente las que desarrollan tareas administrativas -ya sea desde la dirección o los que les sirven de apoyo-.

Para el futuro, con todo, Telefónica de España confía en poner fin al sinnúmero de categorías laborales con las que opera. Uno de los puntos del convenio colectivo que se está negociando es reducir a una veintena lo que hoy es casi un centenar de categorías, con el objetivo adicional de no tener trabajadores encorsetados en una sola función y permitir una mayor funcionalidad.

Pese a la cuantía del recorte previsto, Telefónica insiste en que el expediente no servirá de nada si no se cambia una regulación 'que traspasa todas las mejoras de productividad directamente a los rivales', según fuentes de la compañía. Pero no parece que el mensaje de Telefónica esté calando en el Gobierno. El secretario de Estado de Telecomunicaciones, Carlos López Blanco, aseguró que el recorte de empleo le parece 'perfectamente comprensible', pero descartó de plano que la regulación del sector o el modelo de liberalización tengan 'nada que ver' en ello.

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