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Brasil

Lula intenta que el control de precios no dañe el crecimiento

El pasado miércoles, el Banco de Brasil decidió, en tono moderado, reducir la tasa de interés referencial 50 puntos básicos, hasta el 26%, y mantener un sesgo neutral en su política monetaria. El Banco señala que la decisión se fundamenta en unas proyecciones de inflación que comienzan a converger hacia el objetivo del Gobierno de 8,5% para 2003.

Quizá la decisión del Banco obedeció más a su voluntad de no mostrarse totalmente indiferente a los últimos indicadores de actividad, que muestran una evidente desaceleración en el crecimiento, que al convencimiento de que la inflación esté encauzada dentro de su objetivo. De hecho, la producción industrial cayó en abril un 4,2% en términos anuales, y en el primer trimestre la economía creció un 2,0 %, frente el 3,4% en el último trimestre de 2002.

Por su parte, los indicadores de precios en mayo fueron menos optimistas de lo esperado y la tasa anual aún supera el 17%, el doble del objetivo para 2003. En julio se espera aumento de precios regulados y en los próximos meses el mercado cambiario colaborará menos en la moderación de la inflación, ante la nueva política de refinanciación de la deuda pública. La previsión de menor oferta de papel indexado al dólar podría interrumpir la tendencia apreciadora que ha mostrado el real desde inicios de 2003.

Los últimos indicadores de actividad muestran una evidente desaceleración. La producción industrial cayó en abril un 4,2% en términos anuales

Si la inflación se muestra inmune a estos factores, se podría esperar más agresividad del banco en un futuro cercano, bien rebajando de nuevo la tasa referencial o bien reduciendo el nivel de reservas requerido a la banca comercial por debajo del 60%, lo que equivaldría a una relajación del músculo monetario.

En su nivel más alto en siete años, las tasas de interés en Brasil erosionan el poder de compra de los brasileños y la demanda de bienes duraderos y aumentan la carga de endeudamiento, ya que el servicio de la deuda aumenta en línea con los tipos de interés de préstamos vinculados a la tasa referencial.

El Banco de Brasil está en una encrucijada en la que tiene que mantener su reputación antiinflacionista sin llevar la economía al borde de la recesión. El mantenimiento del favorable contexto externo, caracterizado por la entrada de capitales y la consecuente apreciación del real, puede ser clave para que la autoridad monetaria logre completar con éxito este difícil acto de malabarismo.

La volatilidad del peso mexicano

El movimiento apreciador que había iniciado el real en 2003 ya había comenzado a perder fuerza en semanas anteriores, cuando el Tesoro brasileño anunció que no refinanciaría completamente los vencimientos de sus instrumentos indexados al dólar. Esta semana el real cortó definitivamente esta tendencia apreciadora con una depreciación de casi el 1% frente al dólar. Las expectativas de que el Banco de Brasil lleve adelante una política monetaria más expansiva incidieron en la debilidad del real.

El real rompe su tendencia apreciadora

La divisa mexicana continúa exhibiendo en las últimas semanas una marcada volatilidad, llegando incluso a cotizar puntualmente por encima de los 10,8 pesos por dólar. Estos movimientos depreciadores sorprenden, dado el contexto de relativa estabilidad en la que se mueve la cotización del euro/ dólar.Entre los elementos de explicación de esta reciente evolución, se apunta a que la fuerte competencia de las exportaciones asiáticas, particularmente chinas, en el mercado estadounidense podrían estar ejerciendo presiones depreciadoras sobre la divisa mexicana. Los productos procedentes del país asiático han incrementado de forma progresiva su cuota en EE UU, pasando de un 6,1% en 1995 a un 10,5% en el primer trimestre de 2003. Con todo, el impacto de la competencia china no se limita a este fenómeno, sino que también se refiere a la participación dentro del mercado interior mexicano, con una tasa media de crecimiento interanual del 36,3% en la última década, y a la capacidad de atraer inversión directa extranjera (China recibe flujos cuatro veces superiores a los de México). Hasta hace poco tiempo, el problema de la neumonía había preservado al peso de estos efectos, que vuelven a cobrar protagonismo tras la atenuación de la incertidumbre causada por la enfermedad.Con todo, el mecanismo de subasta de dólares iniciado el pasado 2 de mayo y su más que probable continuidad en niveles similares en el segundo semestre del año, en el contexto actual de nuevas subidas de los precios del petróleo, deberían mantener el peso por debajo de las 10,80 unidades por dólar.

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