La CEOE denuncia el 'lento deterioro' de la competitividad de las empresas
La publicación en las últimas semanas de las estadísticas que reflejan el importante deterioro de la competitividad exterior de la economía española durante el año 2002, que el Ministerio de Economía había intentado mantener oculto, ha hecho saltar la luz de alarma en la CEOE, sensibilizada también por las críticas vertidas desde el Gobierno respecto a la escasa inversión de las empresas en nuevas tecnologías e investigación.
En este contexto, la negativa evolución de nuestra posición competitiva es uno de los ejes centrales del último informe de la patronal sobre la situación socioeconómica, correspondiente a junio de este año, en el que se alerta, específicamente, sobre 'el deterioro de las condiciones competitivas en que realiza su actividad el aparato productivo español'. Un deterioro 'lento, pero de consecuencias inmediatas', ante el que exige 'la adopción de políticas estructurales'.
Tras recoger la pérdida de un 2% en la competitividad en precio de las exportaciones españolas en los mercados de la OCDE durante el año 2002, fundamentalmente por el peor comportamiento de nuestra tasa de inflación, la CEOE matiza que 'la competitividad vía precios interesa, pero interesa aún más la competitividad estructural que define las posibilidades de crecimiento y generación de rentas de una economía en el medio y largo plazo'.
Una reflexión que lleva a la patronal a hacer referencia al informe anual del Institute for Management Development (IMD) sobre la competitividad global en el mundo, en el que la CEOE ha sido escogida como institución colaboradora en España, y donde 'España ha vuelto a perder un puesto en la clasificación de competitividad, después de haber perdido otro en el año anterior'.
Recogiendo los datos del IMD que analiza 320 variables de competitividad, la patronal española enumera las debilidades más significativas de la economía española, entre las que destacan: la balanza por cuenta corriente, la experiencia internacional y las exportaciones de alta tecnología, junto al PIB y consumo de energía, nivel de remuneración salarial, impuestos sobre los beneficios, accesibilidad y costes de Internet, nuevas tecnologías de la información, formación de los empleados e interés en la ciencia e investigación.
Unas debilidades que no han impedido a España seguir creciendo a pesar de la desaceleración mundial, fundamentalmente por el consumo de las familias y de las Administraciones públicas, que, para CEOE, 'se basan en las condiciones de financiación que proporciona la política monetaria común y las transferencias presupuestarias de las comunidades'.
Tras constatar que la inversión 'empieza a recoger este comportamiento positivo', la patronal insiste en que ahora queda 'por actuar sobre los factores de competitividad de la economía española, tanto para el comercio exterior como para la atracción de inversiones y trabajadores cualificados'.
La caída de los precios frena la exportación hortofrutícola
La exportación española de frutas y hortalizas cayó un 3% en valor durante el primer trimestre de este año con relación al mismo periodo de 2002, hasta situarse en 2.197 millones de euros.Por el contrario, el volumen exportado experimentó un aumento del 5%, hasta 2,7 millones de toneladas, que refleja una caída de los precios, sobre todo de las hortalizas.Para el director de la Federación Española de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), José María Pozancos, la caída de precios obedece a 'la creciente competitividad y globalización de los mercados de la UE y a la saturación de los destinos tradicionales'.Por productos, la exportación de hortalizas alcanzó 1.117 millones de euros, un 6% menos, mientras que el volumen subió un 10%, hasta 1,3 millones de tonelada. Las frutas aumentaron el 2 % en volumen y en valor, hasta 1,4 millones de toneladas y 1.019 millones, respectivamente.