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Participaciones

La Caixa, dueña de la mayor cartera bursátil de España

A simple vista, la Bolsa española está controlada por los bancos y por las cajas de ahorro. Las entidades financieras son el centro del mapa de participaciones significativas en empresas cotizadas (ver páginas 24 y 25). Sin embargo, tras analizar con detalle los datos registrados ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se comprende que la influencia de las entidades financieras es más cualitativa que cuantitativa. El valor de mercado conjunto al cierre de la sesión de ayer de las participaciones en renta variable española de cajas y bancos asciende a 34.407 millones de euros, lo que equivale sólo al 10% de la capitalización total del mercado continuo.

'En realidad, los dueños de la Bolsa son los inversores extranjeros y los pequeños ahorradores locales. Entre ambos controlan más del 60% de la Bolsa', apunta Domingo García Coto, subdirector del servicio de estudios de la Bolsa de Madrid. 'El peso de bancos y cajas es mayor del que en realidad les debería corresponder porque los fondos y, en menor medida, los minoristas delegan o no se inmiscuyen en la dirección de las compañías', concluye García Coto.

El sistema económico que se impuso durante la transición, inspirado en el alemán, creó fuertes vínculos entre banca y empresa. No obstante, este predominio bancario se ha reducido durante la década de los noventa. La apuesta por Latinoamérica de las principales entidades financieras ha traído como consecuencia una menor presencia en sus carteras industriales españolas. El valor de mercado de las participaciones de los bancos en renta variable nacional asciende a 18.003 millones de euros, un 5,23% de la capitalización total. Este cálculo sólo refleja las participaciones significativas en la Bolsa española, y no renta variable extranjera, filiales no cotizadas ni posiciones a corto plazo. Incluidos estos conceptos, como lo calcula la patronal bancaria AEB, la cartera industrial de los bancos era de 47.110 millones en marzo.

De forma paralela a la internacionalización de los intereses de los bancos se ha producido una lenta aunque progresiva diversificación de las inversiones de las cajas de ahorro. Actualmente controlan el 4,76% de la capitalización de la Bolsa de Madrid, valorado en 16.404 millones de euros (19.856 millones si se suman empresas no cotizadas, extranjeras o filiales, según datos de la CECA). Un buen ejemplo de esta mayor presencia de las cajas en el accionariado de las empresas cotizadas es que la mayor cartera bursátil en España (si se excluye a Telefónica, que ocupa la primera posición por el valor de sus filiales) es la de La Caixa, por delante del SCH y del BBVA. La cartera de la caja catalana tiene un valor de 9.661 millones de euros al cierre de ayer.

Bancos y cajas concentran buena parte de sus intereses en el negocio energético. La liberalización del sector ha traído una vertiginosa sucesión de entradas y salidas en el accionariado de las compañías durante el último año. En mayo de 2002 Repsol vendió un 23% de Gas Natural, quien un mes después sacó a Bolsa Enagás. En la filial de la gasística se han situado como accionistas de referencia Cajastur y Bancaja, con un 5% cada una. Por otra parte, Endesa enajenó a principios de año el 3% en Repsol y La Caixa acaba de emitir bonos convertibles para deshacerse de su 5% en la eléctrica. En plena opa de Gas Natural sobre Iberdrola, Caixa Calalunya anunció la compra del 3% de gasista. A todos estos movimientos habría que añadir la desinversión que harán las eléctricas en Red Eléctrica.

La Bolsa española es, junto con la inglesa, el mercado europeo con menor presencia del sector público. El proceso de privatización de la última década ha reducido la presencia de la SEPI, cuyas participaciones tienen un valor de 1.574 millones, un 0,46% del total. Esta situación contrasta con el protagonismo del Estado en Alemania, Francia e Italia, cuyos intereses en empresas cotizadas suman el 6% de la capitalización total en los dos primeros casos y el 15% en el último. No obstante, y a pesar de lo que puedan reflejar las cifras, el Estado sigue teniendo influencia sobre las grandes empresas españolas a través de mecanismos como la acción de oro, declarada inválida por la justicia europea. El último informe sobre la estructura accionarial en Europa, elaborado por la Federación de Bolsas Europeas (FESE), señala que mientras en el Reino Unido las instituciones de inversión colectiva controlan el 48% del mercado, por tan sólo el 3% de bancos y empresas, en Alemania estos últimos tienen el 40% del total, frente al 18% de los fondos. En España, la situación se encuentra a medio camino entre ambos modelos: los fondos controlan el 14% por el 20% de bancos, cajas y empresas.

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