El Mercosur negociará como bloque con Europa y EE UU
La primera cumbre de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Argentina, Néstor Kirchner, se saldó con una declaración de fortalecimiento del Mercosur.
El Palacio de la Alvorada fue el escenario ayer del encuentro entre ambos presidentes, que ratificaron las líneas políticas y económicas comunes de los dos principales socios del Mercosur.
El principal resultado de esta cumbre, que se celebró en la Alvorada debido a que las manifestaciones sindicales contra Lula obligaron a cambiar la sede natural, en el Palacio de Itamaraty, fue la ratificación del compromiso de hacer crecer el Mercosur y fortalecerlo en las negociaciones con la Unión Europea (UE), la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) propiciada por EE UU.
Para no dejar dudas, ambos presidentes manifestaron su decisión de ampliar el bloque comercial a otras naciones de la región, en particular a Perú y Venezuela. En la conferencia de prensa posterior al encuentro, Kirchner mencionó en dos ocasiones a ambos países, en tanto que el presidente de Brasil se refirió específicamente a Perú. En el comunicado oficial se señala, además, que se buscará la integración de los países de la comunidad andina.
Por otra parte, ambos mandatarios anunciaron que se creará 'en un plazo breve' un Parlamento del Mercosur, el cual se encargará de discutir y ratificar aquellos acuerdos adoptados por los Gobiernos del bloque. Se anticipó que ese Parlamento será elegido por voto directo y que no entorpecerá la acción de los Congresos de ambos países.
Otro elemento de importancia surgido de la cumbre de ayer es la decisión de adoptar 'normas (del Mercosur) para evitar los efectos distorsionadores de los subsidios de la UE y de EE UU'. Asimismo, se remarcó la necesidad de dotar al mercado común de un 'sentido político' para que sea un instrumento de distribución del ingreso y de una mejora del nivel de vida de la población, según afirmó Kirchner.
Protestas
Mientras tenía lugar esta cumbre, unos 15.000 funcionarios brasileños se manifestaban contra el proyecto de reforma de la Seguridad Social propuesto por el Gobierno del presidente Lula.
La protesta es la mayor que ha debido enfrentar el ex líder sindical desde que asumió la presidencia en enero pasado.
Los manifestantes, en un número inferior al esperado por los organizadores, fueron apoyados por 10 de los 93 diputados del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), que Lula ayudó a fundar en 1980 y que le postuló cuatro veces a la presidencia. El apoyo de los legisladores ahondó las divisiones en el partido entre los fieles al mandatario y los que le acusan de haber adoptado una política económica impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y del corte conservador y neoliberal del Gobierno del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.
Los manifestantes abuchearon al ministro de la Casa Civil y dirigente histórico del PT, José Dirceu, quien buscó infructuosamente impedir la participación de miembros de su partido en la protesta, pero la dirección decidió, finalmente, dejar en libertad de acción a cada militante.