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Impresoras

¿Pirateo o competencia desleal?

Los fabricantes de impresoras hablan de falsificación y los de recambios e importadores, de posición dominante

La piratería de consumibles de impresión en Europa supone unas pérdidas económicas para los fabricantes que rondan los 500 millones de euros anuales (entre un 5% y un 10% en las ventas) y la pérdida de 17.000 puestos de trabajo, según los datos de la Coalición Europea de Consumibles de Imagen (ICCE). Este organismo, cuya creación fue promovida en una primera fase en 1997 por Epson, Hewlett-Packard y Oki Europa, es actualmente una asociación sin ánimo de lucro a la que se unieron posteriormente Lexmark y Tally. Entre otras iniciativas firmaron recientemente una declaración conjunta con los representantes de la industria discográfica que presentaron ante los ministros de Asuntos Exteriores del G-8, en la que solicitaban mayor protección al sector frente a los delitos contra la propiedad intelectual y reforzar la colaboración entre los distintos países para un mejor control de la mercancía ilegal.

Aunque no se puede hacer una extrapolación concreta sobre la incidencia económica de la piratería en nuestro país, los fabricantes de impresoras consultados denuncian que existen estos fraudes y que son muy perjudiciales para sus cuentas, ya que entre el 30% y el 45% de sus ingresos procede de estos dispositivos. Esta paradoja, que sean fabricantes de equipos de impresión y que su mayor beneficio venga por los consumibles (el cartucho de tinta para las impresoras de inyección o el tóner para las de láser), fue la que levantó las sospechas en el Parlamento Europeo. La institución comunitaria impulsó hace tres años, a raíz de una denuncia de algunos fabricantes de cartuchos compatibles (aquellos sin marca que funcionan con los equipos de los fabricantes), una demanda contra algunos fabricantes de impresoras al considerar que están haciendo competencia desleal frente a otras compañías para no perder cuota de mercado y asegurarse los ingresos de esa división.

Las grandes marcas de la impresión se defienden y argumentan que los consumibles compatibles no ofrecen la calidad que ellos garantizan y que algunos dañan las impresoras, mientras que los fabricantes de compatibles apuntan al precio de los consumibles como el causante de este conflicto. El coste de un cartucho o un tóner compatible puede ser hasta diez veces más barato que uno con marca.

La falsificación de cartuchos y tóner supone unas pérdidas anuales de 500 millones de euros, según la Coalición Europea de Consumibles de Imagen

Pep Logar, director técnico de AhorraenTinta.es, asegura que el precio de los cartuchos compatibles puede ser hasta un 50% más bajo si se compara con las tarifas oficiales de los fabricantes. 'Un cartucho oficial de tinta puede tener un precio estándar que oscile entre 30 y 36 euros, mientras que un compatible de buena calidad puede costar entre 15 y 18 y una recarga de tinta de un compatible no supera en ningún caso los dos euros'. Esta compañía, que distribuye compatibles y recargas de tinta exclusivamente a través de Internet desde hace tan sólo un año, tiene sus principales clientes entre los particulares y las pequeñas y medianas empresas. 'Es un mercado que está creciendo demasiado rápido porque el cliente final está tomando el precio como referencia fundamental para valorar la calidad del servicio. Hemos triplicado las expectativas de negocio que teníamos para este año y no vendemos más porque no tenemos capacidad operativa'. Reconoce que la gran mayoría de la mercancía la traen directamente de Asia y que por ahora no han tenido ningún problema con los fabricantes, 'porque no distribuimos productos oficiales'.

Uno que sí los ha tenido ha sido la compañía Password Informática, un importador valenciano que trae la mercancía directamente desde Asia y que ha sido el blanco de dos operaciones policiales, según Epson Ibérica, en los últimos cuatro años por delitos contra la propiedad intelectual. Un portavoz de Password señala que Epson Ibérica utiliza el argumento del pirateo 'para quitarse a los importadores paralelos que vendemos mucho en España. Hemos sido el chivo expiatorio, ya que nuestros cartuchos son legales; en lo único en lo que varía respecto al original es en cuestiones relacionadas con la aduana o el etiquetaje'.

Joaquín Rebollo, director de consumibles de OKI, asegura que la piratería existe 'porque desde hace cuatro años no cuadran las cifras de impresoras vendidas y cartuchos reemplazados. Cuando sucede algo así, lo achacamos a tres factores: el crecimiento del cartucho compatible, las importaciones paralelas y el mercado del pirateo'. Rebollo matiza que, si bien el pirateo no les ha afectado, ya que ellos no comercializan impresoras de inyección de tinta, sí ha afectado a otros fabricantes 'que incluso se han ofrecido a rellenar los cartuchos de sus clientes con tinta para evitar que pasen a comprar compatibles o piratas, que tienen un precio mucho más asequible'. En el caso concreto de OKI se ha detectado la entrada por España de partidas falsas de tambores de tóner y de la tinta que se rellenan, aunque en proporción mucho menor que en el caso de los fabricantes que comercializan tinta. Las ventas de impresoras y consumibles láser suponen el 80% de la facturación de OKI.

La batalla entre Epson y Password

En una carta enviada a los medios de comunicación el 27 de marzo, la gerencia de la compañía valenciana Password Informática se mostraba satisfecha por el fallo de la Audiencia Provincial de Valencia que, tras un largo proceso judicial con recurso incluido, le absolvía del delito contra la propiedad industrial del que fue acusado por Epson Ibérica en 1999.Los hechos ocurrieron en 1999 durante una operación policial en las instalaciones de la empresa valenciana, en la que se incautaron 9.448 cartuchos de la marca Epson, con un valor de 360.000 euros.En la carta a la prensa, Password anunciaba la reclamación contra Epson del pago de 10,77 millones en concepto de indemnización por daños, perjuicios y desprestigio, y recordaba la vigencia de una segunda demanda, este vez presentada por ellos en 2000, contra Epson Ibérica solicitando la nulidad de la marca Epson en España.Fuentes de Password aseguran que la investigación que su compañía realizó de motu proprio durante el juicio 'detectó falsedades documentales en el expediente de registro de Epson en la Oficina de Patentes y Marcas de España y en la concesión de la licencia de la marca en España por parte de la matriz'.Asimismo, siempre según fuentes de Password, las primeras irregularidades se detectaron en las firmas del expediente, corroboradas en el juicio por dos grafólogos y dos agentes de la Oficina de Patentes y Marcas, y que la licencia de marca para que una empresa represente a la matriz en España no ha sido publicada en el BOE. Según la empresa, éste es un requisito imprescindible para poder ejecutar acciones legales en el nombre de Epson contra un tercero.Consultado sobre este asunto, un portavoz de Epson declaró conocer la demanda interpuesta por Epson contra Password por el delito contra la propiedad intelectual, pero afirmó no tener constancia de la demanda de Password contra ellos.

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