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Secretos de despacho

Diseño en Daemon Quest

El director Juan José Peso no tiene despacho. Trabaja en una oficina sin tabiques y en un rincón sin vistas a la zona de Azca donde está ubicada la compañía. No han invertido en cuadros ni tapices, sólo en objetos y en decoración a la última

Muestra orgulloso su oficina. Porque más que en el despacho, Juan José Peso, el fundador y socio de Daemon Quest Customer Intelligence -empresa que ayuda a sus clientes a sacar el máximo partido a la información sobre la red de ventas-, trabaja y le gusta moverse a sus anchas por el espacio que ocupa desde hace tres meses en la Torre Picasso de Madrid. Se trata de una oficina decorada con muebles y objetos de diseño. 'Hemos procurado crear un ambiente agradable y cómodo para todos los que trabajamos aquí, además de que sea agradable para los clientes', explica Peso, que como experto en marketing intenta vender el concepto de oficina que ha creado.

Nadie tiene despacho, 'he querido acabar con la despachitis', dice. Y asegura que todos los socios de la compañía han ocupado puestos de responsabilidad en distintas empresas y, por tanto, suponía un agravio comparativo que unos tuvieran mejor despacho que otros. Por supuesto, él tampoco tiene despacho y su mesa de trabajo está ubicada en un lugar poco visible y sin vistas a Azca. 'Tenía que dar ejemplo y he cuidado mucho de no reservar para mí el mejor sitio, prefiero que otros tengan mejores sitios', indica este ejecutivo de 35 años.

En lo que no han invertido ni un euro ha sido en tapices y cuadros. Lo importante es el escenario. Sí lo han hecho en sillas y sofás ergonómicas de diseño, en una barra de cristal donde cada ejecutivo tiene que hacerse si quiere su propio café. Porque en Daemon Quest no hay secretarias. Ellos mismos se ocupan de todo. Hasta de servir los cafés a los clientes. 'Es una forma distinta de hacer negocios'. Lo que sí recalca es que no han escatimado en talento. 'Soy muy exigente conmigo mismo y con todos, por eso he querido rodearme de gente muy profesional, que ha tenido puestos de relumbrón y que hoy trabajan para esta compañía porque creen en el proyecto. Hemos intentado captar un caldo de cultivo intelectual'.

Asegura que ésta es la base para que una empresa como Daemon Quest, fundada en 1999, salga adelante. 'Cuando creas una empresa con socios, la única baza es buscar a gente con ilusión, a la que le gusten los retos, pero sobre todo hay que evitar todo lo que distraiga y que refleje poder', señala este directivo. Confiesa que se trata de un modelo de oficina un tanto atípico, en el que todos los profesionales trabajan codo con codo y, por tanto, se pide que todos hablen en voz baja.

En Daemon Quest trabajan 60 personas y para este año tiene previsto facturar 4,5 millones de euros y para el próximo 7,2 millones de euros. Entre sus clientes figuran Laboratorios Almirall, Banco de Sabadell, Deutsche Bank, Bankinter, Sara Lee-Marcilla y NH Hoteles.

Las paredes de esta oficina son de cristal forradas en alabastro, que con el efecto de la luz reflejan unas sombras. 'Los materiales son modernos, pero asequibles'. Las salas de reuniones están dedicadas a matemáticos y a científicos, que han aportado su granito de arena a 'la inteligencia artificial'.

El detalle de la luz también está cuidado. 'Lo hemos hecho de manera que la situación de las mesas y de las luces no interfiera en el trabajo', dice Peso. Tampoco hay moqueta ni puertas de madera. El suelo es de madera y los compartimentos se dividen con cristal. 'Ante todo tenemos que estar cómodos y a gusto en el trabajo'.

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