España financiará en parte la seguridad y la lucha antiterrorista de Marruecos
Los recientes atentados de Casablanca, que costaron la vida a 43 personas, 4 españoles entre ellas, ha sido el detonante para que el Gobierno español inicie una ofensiva de actuaciones a nivel político y económico encaminadas a normalizar las relaciones diplomáticas con Marruecos y, sobre todo, a reforzar la seguridad y la estabilidad del país vecino ante el islamismo radical y el terrorismo.
Es en esta última estrategia donde se enmarcan las negociaciones iniciadas en las últimas semanas por los Ejecutivos de Madrid y de Rabat para destinar parte de la deuda oficial de Marruecos con España a financiar los programas de seguridad y lucha antiterrorista en el vecino país norteafricano.
Este compromiso de cooperación se instrumentará a través de un nuevo convenio de conversión de deuda en inversiones públicas del Gobierno marroquí para, en palabras del secretario de Estado de Comercio español, Juan Costa, 'financiar actuaciones que permitan una cooperación más intensa en materia de seguridad y de lucha contra el terrorismo a nivel internacional'.
La firma del convenio se podría formalizar el próximo mes de julio, coincidiendo con la visita a Marruecos del vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, que suscribirá también un programa de cooperación financiera por importe de 300 millones de euros en créditos preferenciales para promover proyectos de desarrollo social, inversiones privadas y planes de infraestructura y equipamiento en zonas estratégicas de Marruecos.
La deuda oficial de Marruecos con España se eleva a 478 millones de dólares, y el importe a convertir en programas de cooperación antiterrorista es uno de los puntos que está actualmente en proceso de negociación.
España y Marruecos han firmado ya tres convenios anteriores para la conversión de la deuda del país magrebí en inversiones privadas. Los convenios suscritos en 1996, por 37,56 millones de euros; 1997, 27,80 millones, y 2000, por 45,2 millones de euros, han sido agotados en su totalidad por las empresas españolas.
Visita de Jettu
El terrorismo internacional será también tema prioritario en el encuentro que mantendrán hoy el presidente del Gobierno español, José María Aznar y el primer ministro marroquí, Driss Jettu, en la que constituye la primera visita oficial a España del dirigente magrebí.
La reunión se celebrará en la finca toledana de Quintos de Mora y servirá para cerrar oficialmente la crisis diplomática que se inició con la retirada del embajador marroquí en Madrid en octubre de 2001, y que tuvo su mayor punto de tensión en julio del año pasado durante la invasión del islote de Perejil.
El proceso de paz en Oriente Próximo, el contencioso del Sahara occidental y las relaciones económicas bilaterales serán también temas destacados en el encuentro entre ambos jefes de Gobierno que será el anticipo de la reunión de alto nivel que se celebrará en otoño y que reanudará las cumbres bilaterales anuales, suspendidas el año pasado.
La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, negó también ayer que la entrevista entre Aznar y Jettu suponga un punto de inflexión en las relaciones bilaterales y argumentó que forma parte de un proceso continuo.
Aumento de la exportación
Al margen de los asuntos diplomáticos, las relaciones económicas y empresariales entre España y Marruecos mantienen su solidez tradicional que ni siquiera fue interrumpida durante los momentos más difíciles del confiicto del islote de Perejil del que pronto se cumplirá el primer aniversario.
Responsables de la Administración comercial aseguran que el comercio y las inversiones españolas tampoco 'se verán afectados por los atentados de Casablanca'.
Durante el primer trimestre de este año las exportaciones a Marruecos han crecido un 20,3%, cuatro veces más que el conjunto de las ventas exteriores españolas, totalizando 438,8 millones de euros. En la misma línea las compras españolas al país magrebí aumentaron el 15% hasta 377,1 millones.
Marruecos es hoy el décimo cliente mundial de España y el primero en África y en los últimos cinco años las inversiones españolas acumuladas en el país norteafricano superan los 240 millones de euros que convierten a España en el segundo inversor extranjero en el país, lógicamente después de Francia.
En Marruecos están instaladas ya más de 800 empresas españolas, desde las multinacionales como Telefónica, Endesa, Repsol o Cepsa, hasta los grandes bancos (BBVA, SCH y Caja Madrid), además de Aguas de Barcelona, Aceralia, Abengoa, Occidental Hoteles, Sol Meliá y un elevado número de pymes entre las que destacan Fagor, Alsa, Cortefiel, Pulligan y Roca Radiadores.
Además, el pasado lunes el Gobierno de Rabat decidía adjudicar al grupo hispanofrancés Altadis el 80% del monopolio de tabaco de Marruecos Régie des Tabacs.