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Tribuna
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La doble brecha digital

El lanzamiento de los servicios de acceso a Internet de alta velocidad, o como lo denominan los operadores de telecomunicaciones, de banda ancha, ha supuesto el aumento de las posibilidades de la experiencia de usuario, al poder acceder a contenido multimedia, aunque la penetración de este tipo de conexiones a Internet es notablemente inferior en España a los países de nuestro entorno.

En el momento en que Internet comienza a popularizarse aparece el concepto de brecha digital, como la diferencia en el perfil medio de usuario de Internet frente a la caracterización media demográfica española. Así, a mediados de la década pasada existía una importante diferencia entre el usuario medio de Internet y el español medio, siendo el primero en mayor porcentaje hombres, con una edad media inferior al parámetro demográfico del país, y con nivel de estudios superior.

Esto se traducía en que un 53% de los usuarios de Internet son hombres, siendo la edad media cada vez menor, en un entorno de disminución de la natalidad y envejecimiento de la población. Asimismo, el nivel de estudios de los internautas es mayor que el de la media española.

Con la entrada de innovaciones tecnológicas como el ADSL y el acceso a Internet a través de operadores de cable, servicios con precios por encima de 20 euros al mes, aparece una nueva brecha digital, siendo posible realizar una radiografía a las diferencias existentes, no sólo entre el español medio y el usuario medio de acceso a Internet, sino también entre este último y el usuario medio de acceso a Internet a alta velocidad.

Estas diferencias vienen marcadas, en cuanto a características sociodemográficas, por un mayor nivel adquisitivo de los usuarios de alta velocidad, un porcentaje mayor de hombres, más del 60%, y además surge un nuevo grupo relevante, los jóvenes de menos de 14 años, que suponen en banda ancha más del doble de lo que suponían en acceso telefónico tradicional a Internet.

La consecuencia principal de esta segunda brecha digital ya no implica la posibilidad de acceder o no acceder a Internet, sino el riesgo de un porcentaje de más del 90% de los usuarios de perder accesibilidad a información existente en la Red, al incorporar los principales sitios web propiedades multimedia, que ralentizan notablemente la velocidad de descarga para usuarios de baja velocidad (o banda estrecha), llegando en muchos casos a imposibilitarla.

Se está creando por lo tanto una doble brecha digital, de relación 20/80 para la primera en lo que acceso a Internet se refiere y 7/93 en cuanto a alta velocidad frente a baja velocidad, que impacta con una Internet de múltiples velocidades, que además, como se ha observado en las cifras publicadas a finales del pasado año, ha decrecido en número total de usuarios por primera vez desde la entrada de Internet en España.

Aparecen oportunidades a partir de la existencia de esta doble brecha digital para potenciales negocios que tengan como segmento de clientes objetivo a usuarios con el perfil de usuarios de Internet de alta velocidad, dirigiendo la propuesta de valor a partir de portales con contenido de banda ancha o publicitándose en éstos.

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