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Polémica

Ponga atribuye la mayor presión fiscal al impuesto de sociedades

La polémica sobre la evolución de la presión fiscal en España (utilizada como baza electoral por los principales partidos políticos), continúa.

Ayer, el secretario de Estado de Hacienda, Estanislao Rodríguez-Ponga, atribuyó el aumento de 0,48 puntos de la presión fiscal total en el año 2002, hasta el 35,48%, al incremento de la recaudación por el impuesto sobre sociedades. Y recalcó que 0,39 puntos de esta subida se deben a este tributo y sólo 0,07 puntos, al IRPF.

Rodríguez-Ponga señaló, en un encuentro con periodistas, que este aumento es fruto fundamentalmente del incremento del 24% de la recaudación del impuesto sobre sociedades en 2002, motivado porque las empresas españolas reinvirtieron sus beneficios acogiéndose a las nuevas deducciones por reinversión, que suponen tributar las plusvalías por un tipo reducido del 18%, frente al 35% del tipo general del impuesto.

El crecimiento económico registrado el año pasado, el aumento del número de contribuyentes por la mayor creación de empleo y las mejoras en la lucha contra el fraude también han contribuido, a su juicio, a una subida de casi medio punto de la presión fiscal en 2002, entendida ésta como el conjunto de ingresos tributarios en porcentaje de PIB. Así, afirmó que todos estos factores permitieron que los ingresos tributarios crecieran un 7,9% el año pasado, por encima del PIB nominal, que aumentó un 6,5%.

Dos centésimas, por IVA

Finalmente, aseguró que el resto de impuestos contribuyeron muy poco a la presión fiscal en 2002. Señaló, en concreto, que la recaudación de los impuestos indirectos (destaca el aumento del 6,4% de los ingresos por IVA) añadió sólo dos centésimas a la presión fiscal, mientras que los ingresos por IRPF, que crecieron un 7,1%, aportan siete centésimas.

De cara a este año, Hacienda cuenta con que las empresas sigan aflorando plusvalías antiguas ante el fisco, acogiéndose al cambio de régimen de tributación por reinversión iniciado en 2002, que le es más favorable. Con todo, el Gobierno advierte que no se debe confundir la presión fiscal global de la economía (recaudación por impuestos), que suele crecer al hacerlo la economía, con la presión fiscal individual que soporta cada contribuyente.

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