El G-8 confía en una recuperación económica a partir del segundo semestre
El presidente estadounidense, George W. Bush, comunicó a sus colegas del G-8 en Evian su intención de fomentar una política de dólar fuerte, según coincidieron en señalar fuentes alemanas y japonesas al término de la sesión que la Cumbre de Evian dedicó a abordar asuntos de naturaleza económica y comercial. "Se habló de tipos de cambio. Es una cuestión muy importante y hubo intervenciones de consenso", se limitó a declarar por su parte Catherine Colonna, portavoz del presidente de Francia, Jacques Chirac, anfitrión de la Cumbre.
El secretario de Estado de Economía alemán, Alfred Tacke, manifestó a su vez que "no hay motivo para intervenir en los mercados" por la debilidad manifestada por el dólar en los últimos tiempos. Tacke añadió que el canciller federal alemán, Gerhard Schröder, confirmó que no ve peligro de que se entre en un período de deflación en su país, con la intención seguramente de alejar la preocupación de sus socios por el comportamiento de la economía germana.
En cuanto al crecimiento económico esperado, Tacke explicó que en el seno del G-8 se confía en que la recuperación se producirá en la segunda mitad de este año, con índices de hasta el 2,9% de aumento del Producto Interior Bruto (PIB). Tacke mencionó cuáles son los elementos que permiten prever esa recuperación del crecimiento: las perspectivas de estabilidad de los precios, de reducción de los tipos de interés y de recorte de los precios del petróleo en los mercados internacionales. Pero aseguró que los líderes del G-8 son conscientes de que deben acometer reformas estructurales "en un entorno cambiante" que les obliga a adaptarse si no quieren perder su liderazgo económico internacional.
Alemania
La fuente aseguró que los países del G8 reconocieron la aportación que hará al crecimiento económico global la aplicación de criterios "flexibles" en el mercado laboral, como los introducidos en el plan Agenda 2010, recientemente presentado por el canciller alemán, Gerhard Schröder, que obtuvo el lunes el apoyo de su partido antes de asistir a la reunión del G-8.
El G-8 pidió a las empresas y a los mercados de capitales que asuman su parte de responsabilidad en la recuperación de la confianza porque eso hará posible afianzar el crecimiento económico internacional. La declaración abordó, sin citarlos, los problemas de confianza causados desde hace más de un año por la falta de transparencia en la gestión financiera y en la aplicación de normas contables que condujo a grandes quiebras empresariales, especialmente en Estados Unidos, a lo largo de 2002.