'La inversión en infraestructuras crecerá más del 6% en 2004'

El secretario de Estado de Presupuestos, Ricardo Martínez-Rico, conversa con Cinco Días sobre las prioridades presupuestarias para 2004, la coyuntura económica actual y el debate sobre disciplina fiscal abierto en toda Europa.

Pregunta. ¿España crecerá al 3% de media, como dice el ministro Montoro?

Respuesta. La economía creció un 2,1% en el primer trimestre, basada en la demanda interna, en un contexto internacional complicado. A partir de aquí, somos moderadamente optimistas. En los próximos trimestres iremos viendo una progresiva recuperación. Si se confirma la recuperación internacional, deberíamos llegar al 3% a final de año.

P. ¿Pero no se conseguiría el objetivo de media?

R. Tendríamos una recuperación desde el 2,1% hasta cerca del 3% en los últimos meses de 2003. Es importante que crezca Alemania para que también lo hagamos nosotros. El sector exterior ha restado 0,9 puntos al PIB en el primer trimestre. Sin su aportación negativa habríamos crecido ya cerca del 3%.

P. ¿Los ingresos seguirán creciendo al 7% como ahora?

R. La ejecución presupuestaria hasta abril confirma una buena evolución de los ingresos, tanto del IRPF como del impuesto de sociedades, que crece al 12%, siendo un fiel reflejo de los beneficios de las sociedades. Todo es posible por la creación de empleo.

P. La recaudación por IVA está disparada, al 10%. ¿Es un espejismo?

R. Se explica por un consumo estable y por las reformas fiscales. Nuevas personas se incorporan al mercado de trabajo y se libera renta vía rebajas tributarias. Parte de esa renta se traslada al gasto y revierte a la hacienda.

P. ¿Teme un cambio radical en la política económica de Madrid, tras la victoria de la izquierda, que deje sin efectos la liberalización en sectores como el comercio?

R. Vamos a ver qué es lo que se va a aplicar. Mi opinión es que la mejor política para crear empleo es la apertura de la economía, la liberalización económica y las reformas estructurales, con consenso.

P. ¿Cuánto aportará el IRPF al aumento del PIB este año?

R. Nuestro modelo dice que aportará 0,5 puntos. La realidad de estos meses muestra que se va en esa línea. Tenemos ya datos de retenciones efectuadas por la Administración, grandes empresas y pymes. Hemos visto que los ingresos han crecido el 2,1% en abril. Encaja con la previsión (un aumento moderado del IRPF en torno al 2,7%). La reforma es dinámica. Se han puesto 3.000 millones en el bolsillo de los ciudadanos. Cerca del 80% irá a consumo.

P. ¿La mayor renta servirá para elevar el ahorro?

R. Sin duda, la reforma ha reforzado el trato del ahorro a largo plazo. A la economía le viene bien que el consumo se mantenga fuerte y que una parte de la renta se dedique también al ahorro. En este momento, el sector público aporta ahorro a la economía.

P. En 2002 el Estado gastó 4.000 millones más de lo previsto. ¿Este año será suficiente con los 2.300 millones del fondo de contingencia?

R. Tenemos una Ley de Estabilidad que marca el límite de gasto. Hay que ser estrictos en su cumplimiento. Ello permitirá crear empleo y nos ayudará a cuadrar el presupuesto. De enero a abril el Estado tuvo un superávit del 1,5% del PIB. Esto permite ser optimistas sobre el cierre de 2003, cerca del equilibrio.

P. ¿Y para 2004?

R. Las prioridades serán, de nuevo, aquellas políticas que más ayudan a sostener el crecimiento económico, como la de infraestructuras, la investigación y desarrollo (I+D) y las políticas sociales, como pensiones, seguridad y justicia. La previsión es que la inversión en infraestructuras y en I+D crezca por encima del PIB nominal, más allá del 6%. El techo de gasto, que ya está fijado (114.000 millones), crecerá sobre el 4%. Los ingresos, algo más.

P. ¿Un déficit del Estado del 0,4% del PIB para 2004?

R. Manejamos las previsiones del programa de estabilidad: equilibrio para el conjunto de las Administraciones. El Estado reducirá ligeramente su déficit del 0,5% de este año al 0,4%, acompasándolo a la evolución de la Seguridad Social, que tendrá un superávit del 0,4% del PIB.

P. ¿Cuál es el efecto del Prestige en los Presupuestos?

R. En 2002 costó cuatro centésimas de PIB. Desde el comienzo de la catástrofe y hasta marzo, los gastos acumulados ascienden a 328 millones de euros. La parte fundamental ya se ha atendido. Seguimos con la limpieza de costas. Y falta la financiación de la solución definitiva.

P. ¿Cuánto va a ser el ahorro por bajos tipos de interés?

R. Sólo con la reducción de 30 puntos básicos en la prima de riesgo-país en los últimos 16 meses se han ahorrado 1.400 millones de euros. A ello se suma la bajada de los tipos.

P. ¿Debería revisarse el modelo de financiación autonómica como pide Cataluña?

R. Es muy reciente. En los primeros meses de 2002, las comunidades aún seguían recibiendo transferencias, porque aún no habían asumido todas las competencias. Por tanto, estamos viendo todavía cómo funciona.

P. ¿El sistema fiscal está ya muy exprimido?

R. El recorrido lo da la política económica que se aplique. A mediados de los noventa nadie pensaba que el IRPF tenía recorrido a la baja. El Gobierno ha demostrado que si se sanean las cuentas es posible bajar los impuestos. Y esta bajada es la que soporta crecimiento económico y el empleo. A los grandes titulares se llega desde la ortodoxia económica.

P. ¿Ese modelo funcionará en etapas de crisis?

R. Funcionó en 1999, cuando la economía crecía al 4%. En 2003, con aumentos más moderados (2%), la reforma fiscal también está teniendo protagonismo. Da mayores ingresos porque amplía la base de contribuyentes que pagan.

P. ¿Teme la pérdida de fondos con una UE ampliada?

R. Las inversiones en infraestructuras y medio ambiente tienen su importancia para el crecimiento de la economía. Gracias a que tenemos las cuentas equilibradas podemos pensar con tranquilidad en otros escenarios.

P. ¿España va a ser beligerante con Francia y Alemania para exigir que cumplan sus objetivos presupuestarios?

R. El Pacto de Estabilidad fue un elemento importante que nos debía llevar al euro. Sigue siendo necesario mantener una disciplina común y que todos los países que lo acordamos lo cumplamos.

P. ¿Estamos en condiciones de dar lecciones a Alemania?

R. Más bien de dar ejemplo de una política económica, que tiene el respaldo del crecimiento y de Bruselas.

Los concursos reducirán el fraude en las subvenciones públicas

Preguntado sobre si la nueva ley de subvenciones, que aprobará el Gobierno en las próximas semanas, evitará fraudes como el del lino, Martínez-Rico se muestra optimista.'Se hará un uso mucho más transparente, competitivo y eficaz de las subvenciones públicas. Tendremos un mecanismo de control más estricto y unas sanciones acordes', indica. El secretario de Estado conecta el texto con las autonomías. 'Algunas comunidades ya han legislado en esta materia. Otras lo han hecho dentro de sus respectivas leyes presupuestarias como el Estado hasta ahora. La nueva ley pretende que todas las Administraciones tengan un mensaje único en materia de subvenciones. Luego, cada comunidad dispondrá de sus propios procedimientos', aclara. Para Martínez-Rico todos los principios que contempla la ley ayudarán a la Administración a ser más eficaz, en especial los controles anteriores y posteriores a la concesión de las ayudas. 'Además, los organismos subvencionadores deberán elaborar un plan estratégico, en el que incluyan los objetivos, recursos y plazos de las ayudas', señala. Las subvenciones tienen suma importancia en la actividad económica. 'Alcanzan el 20% del Presupuesto anual de gastos del Estado, cerca de 50.000 millones de euros, equivalente al 7% del PIB', afirma.Son muchas las novedades que destaca. 'Es muy importante que las ayudas se concedan por el mecanismo de concurrencia competitiva, limitando la concesión directa. También crearemos una base de datos común y pública en donde se incluya la actividad subvencionadora de todos los entes, para comprobar si hay duplicidades. Las ayudas estaban muy escasamente reguladas en nuestro ordenamiento jurídico. Sólo teníamos dos artículos en la ley general presupuestaria. Ahora tendremos toda una ley referida a la actividad subvencionadora, como se merece', concluye.