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Mercado europeo

La mejora de las expectativas económicas apuntala la tendencia de las Bolsas

Wall Street logró enderezar el rumbo perdido que las Bolsas europeas mantenían el martes y alargar la mejora en los primeros compases de ayer. La Bolsa de estados Unidos vuelve por sus fueros, que son los de siempre, es decir, servir de guía al resto de los mercados del mundo y contagiarles sus tendencias dominantes.

El Ibex cerró ayer con una subida del 1,72%, menos que el resto de los índices europeos, que alcanzaron el 2%. La volatilidad no faltó, a pesar de que las ganancias se instalaron en el mercado desde el inicio de la sesión. Aun así, la desviación fue más estrecha y entre máximo y mínimo el índice se movió el 1,15%, frente al 2,03% de la víspera. Sigue sin acompañar el negocio, que permanece en la banda baja del año, con 1.433,64 millones de euros negociados.

La mayoría de los valores tuvo importantes avances, aunque Terra se colocaba como la mejor con una ganancia del 20,58%. Las compras se amontonaron sobre la compañía una vez que Telefónica presentó a la CNMV una oferta de adquisición por el 100% de su filial. Diez compañías del Ibex subieron por encima del 2% y sólo cerraron en negativo cinco, con Altadis como la peor (-2,85%), a pesar de que JP Morgan la ha incluido en una lista de empresas europeas con evolución positiva en el plazo de un año. La apertura al alza de los mercados estadounidenses dio el último empujó del día. El Dow Jones y el Nasdaq sumaban casi un 1%, pese a que los datos económicos del día eran negativos. Los pedidos de bienes duraderos en Estados Unidos cayeron un 2,4% en abril , frente a un descenso del 1% que preveían los expertos.

No obstante, la salida del letargo en que estaban sumidos los mercados de acciones en las dos últimos semanas provocó el martes la mejora de la encuesta de confianza de consumo de mayo hasta los niveles más altos desde noviembre pasado. Y también el inesperado repunte de las ventas de viviendas nuevas y usadas en abril.

Pero el optimismo sigue teniendo algunas fugas. Ayer se supo que el informe Redbook de ventas semanales en EE UU indica que han caído un 2,7% en las tres primeras semanas de mayo en las grandes cadenas comerciales.

Las últimas referencias coinciden con el hecho de que el Gobierno de EE UU firmara el famoso paquete fiscal (recorte temporal de la imposición sobre dividendos, así como un adelanto de los recortes de impuestos previstos para los próximos meses) por un importe de 350.000 millones de dólares. Según fuentes de la Administración Bush, este paquete fiscal supondrá un aumento de más de un millón empleos.

Asimismo, los analistas de Citigroup, entre otros, han valorado de manera positiva la resolución del atasco en el que se encontraban el capítulo de emisiones de deuda por el Tesoro de Estados Unidos.

Los analistas coinciden en que las últimas cifras no son vigorosas, carecen de músculo consistente, pero son interpretadas por los mercados como un preludio de que las cosas irán mejor en los próximos meses. Por ello, ya es frecuente leer y escuchar mensajes de estrategas de Wall Street muy optimistas. Hay quien considera que el crecimiento en Estados Unidos podría alcanzar niveles entre el 3,5% y el 4%, frente a crecimientos esperados para la zona euro de entre el 1% y el 1,5%. La bajada de tipos de interés es algo ya descontado por los inversores. Otmar Issing, economista jefe del BCE, ha dicho que espera un claro descenso de la inflación a fines de 2003 y 2004.

A debate la cuantía del recorte de tipos

Que el Banco Central Europeo (BCE) va a bajar los tipos es algo que nadie duda. El debate está en la cuantía. Mientras la presión de los grandes bancos de inversión anglosajones va más allá, incluso hasta 0,5 puntos, los analistas ortodoxos de la zona euro consideran que no debe recortarlos en más de 0,25 puntos. Primero, porque la disciplina de la zona euro es diferente a la de Estados Unidos y las economías satélites. Segundo, porque surgen signos evidentes de mejora que pueden desembocar en alzas de los tipos de interés en Estados Unidos para final de año o principios de 2004, lo que dejaría desprotegido al BCE.Mientras, los analistas examinan minuciosamente los datos económicos de última hora. Ayer se supo que la M3 en abril superó las expectativas del mercado, con una subida del 8,7% anual, cuando se esperaba una desaceleración del 7,1% desde el 7,9% anterior. También el crecimiento del crédito privado ha sido más alto de lo esperado, hasta un 5% anual desde el 4,6 % de marzo.Hay expertos que consideran que estos datos serán interpretados de forma bastante neutral por el BCE en su reunión de la semana próxima. El crecimiento de la liquidez ha dejado de ser un objetivo intermedio de la política monetaria para convertirse ahora en una referencia a seguir por su relación a largo plazo con la estabilidad de los precios. Esta referencia a largo plazo se mantiene sin cambios en niveles del 4,5%. El peligro podría estar en la tendencia de los créditos.

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