Los emprendedores sociales se abren paso en España
El día que Santos Toledano aceptó el encargo de llevar a Santo Domingo dos paquetes de medicinas para un grupo de monjas ignoraba que ese incidente cambiaría su vida. Casi 14 años después, este piloto de Iberia, con 24 años de experiencia a sus espaldas, tiene entre manos la construcción del Centro de Capacitación Profesional de Pachacútec (Perú), un proyecto para el que cuenta con el apoyo de empresas como Repsol, Endesa, Telefónica o la propia Iberia, entre otras muchas.
A lo largo de esos años, gracias a la ayuda de diversas compañías y de los negocios que él mismo ha ido creando, Toledano se ha convertido en lo que actualmente se denomina un emprendedor social, es decir, una persona que genera actividad económica para invertir en proyectos sociales. 'Al principio comencé a llevar ayuda en los huecos libres del avión. Llevaba harina, arroz, viejas máquinas de escribir, muebles...', explica.
Tras 10 años jalonados de viajes en los que transportaba alimentos y recursos, el huracán George sacudió la región y Santos Toledano decidió que los huecos en el equipaje habían dejado de ser suficientes. 'Hablé con Xabier de Irala, el entonces presidente de Iberia, y le dije: Necesito un Jumbo'. Dos semanas más tarde y gracias a la ayuda de varias empresas, como Rober, de Granada, que le prestó varios autobuses, o Seur, un Jumbo B-747 de Iberia y dos barcos partían hacia Santo Domingo repletos con 250.000 kilos de ayuda 'reunida gracias a empresarios y a amigos'.
Las cosas, sin embargo, no terminaron ahí. Muy pronto Toledano comenzó a sentir la necesidad de buscar un proyecto de ayuda humanitaria que canalizase con eficacia y sin demasiados costes burocráticos los recursos que iba reuniendo. Tal y como le recomendaron, acudió al Vaticano, y allí le dieron las señas de una pequeña misión en Perú, fundada por misioneros y seglares, con los que comenzó a colaborar en la construcción de centros de enseñanza y talleres donde se formaba a la población de la zona.
'Los recursos para ayudarles los conseguía en España acudiendo a las empresas y pidiendo los objetos deteriorados que ya no utilizan o que ya no cumplen con la normativa española. Nosotros no tiramos nada; reciclamos los materiales en estos centros para después repartirlos entre la gente', explica. Y pone como ejemplo a Sol Meliá, que cada vez que renueva una planta en uno de sus establecimientos hoteleros dona el mobiliario a su proyecto.
Una nueva perspectiva
Para entonces, los misioneros habían comenzado a proponerse una idea mucho más ambiciosa -la construcción de un centro universitario en una zona casi desértica de Perú para formar a jóvenes sin recursos- y Toledano se dio cuenta de que había llegado el momento de cambiar de perspectiva. 'Se me ocurrió montar pequeños negocios en mi tiempo libre, cuando no volaba con Iberia. Al principio fueron proyectos de promoción y construcción a pequeña escala para conseguir cubrir el coste económico del proyecto'.
El siguiente paso fue asociarse con otras 10 personas (entre ellas, un cantante de éxito, un notario, un promotor, un arquitecto y varios empresarios) y poner en marcha varios negocios importantes, como una empresa naviera, para dedicar el margen de beneficio económico al proyecto. De esa asociación de fuerzas nació la Fundación de Desarrollo Integral de los Pueblos, el organismo que actualmente canaliza todas las ayudas y al cual el Gobierno peruano ha donado gratuitamente las 256 hectáreas de terreno sobre las que se construirá la universidad. Cuando ésta se ponga en funcionamiento -explica Toledano con entusiasmo- las empresas seguirán teniendo oportunidades de colaborar. 'Repsol, por ejemplo, me ha ofrecido trabajo para mecánicos en Perú'.
Punto de encuentro
La figura del emprendedor social -de la que Santos Toledano es un claro ejemplo- no es nueva en otros países, aunque por el momento todavía no es muy conocida en España. Pese a ello, los expertos en este campo consideran que la reciente proliferación de iniciativas por parte de las empresas en el área de la responsabilidad social puede favorecer el aumento de iniciativas como éstas.
Entidades como la Fundación Empresa y Sociedad se encargan ya de promocionar este nuevo punto de unión entre empresa y acción social poniendo en contacto a las compañías con los promotores de los proyectos. Más aún cuando las grandes empresas españolas están comenzando a publicar informes anuales de responsabilidad corporativa en los que detallan sus actividades en beneficio de la sociedad.
Pero, ¿qué ganan las empresas a cambio de colaborar en estas iniciativas? Según aseguran los expertos en responsabilidad corporativa, el beneficio es fundamentalmente de imagen, aunque también existen incentivos fiscales y, en algunos casos, la ventaja de deshacerse de forma económica de los materiales y recursos en desuso. 'En muchas ocasiones se trata de ayudas que no suponen un gran desembolso para la empresa, pero que ésta puede contabilizar después en el balance social anual y en sus mapas de acción y responsabilidad corporativa', señalan.
Las ayudas a coste cero, una fórmula económica para la empresa
Tres son las grandes vías por las que las empresas canalizan la ayuda que entregan a los proyectos benéficos y a los emprendedores sociales.En primer lugar, muchas compañías ceden financiación a través de sus fundaciones y subvencionan proyectos en los países en los que cuentan con presencia e intereses económicos. En el caso de Santos Toledano, el proyecto del Centro de Capacitación Profesional de Pachacútec cuenta con el apoyo de varias grandes empresas españolas con intereses económicos en Perú y se espera involucrar también a las propias empresas peruanas.La segunda fórmula, y una de las más populares, son las denominadas ayudas a coste cero, recursos y materiales que sobran en las compañías y que éstas entregan para su reciclaje y reutilización. Ropa, papel, material informático, muebles e incluso alimentos son algunos de los materiales sobrantes que las empresas ceden sin que les suponga desembolso económico alguno y que, por el contrario, aportan un activo importante a la hora de ofrecer una imagen socialmente responsable ante sus accionistas, clientes y empleados. Además del mobiliario cedido por Sol Meliá, Santos Toledano ha recibido, entre otras ayudas de este tipo, ordenadores de la empresa Savia Amadeus y maquinaria de E. Otaduy.El tercer canal son las ayudas vinculadas a la naturaleza del propio negocio de la empresa, que suelen canalizarse a través de los departamentos de responsabilidad social corporativa que últimamente se están creando en las compañías.Así, ejemplos de este tipo de colaboración son los materiales de construcción que Toledano ha recibido de Porcelanosa, las líneas eléctricas que ha instalado Endesa o las líneas telefónicas de Telefónica, los neumáticos que ha aportado Firestone o el tractor donado por New Holland.