EE UU aprueba la prohibición permanente de impuestos a Internet
La subcomisión para legislación comercial y administrativa de la Cámara de Representantes de EE UU aprobó ayer por votación oral la medida que hará permanente la prohibición sobre impuestos "múltiples y discriminatorios" en las tarifas de acceso a Internet y el tráfico online, que expirará el 1 de noviembre. La moratoria fiscal original, aprobada en el año 1998, terminaba el 21 de octubre del 2001, y fue ampliada por dos años por la administración Bush. Responsables del gobierno instaron la semana pasada al Congreso a extender la prohibición antes de que finalice, tras señalar que los nuevos impuestos podrían desacelerar el desarrollo del acceso a Internet a alta velocidad.
La prohibición no contempla los impuestos a las ventas online, que están en la actualidad prohibidos bajo una decisión de 1992 del Tribunal Supremo que prohíbe a los estados imponer gravámenes a las ventas por catálogo, teléfono y de otro tipo que sea a distancia. Los expertos han calculado que la cantidad impositiva que se deja sin recaudar asciende a unos 13.000 millones de dólares anuales. Los estados necesitados de dinero, las tiendas 'offline' y otros defensores de los impuestos a las ventas online han intentado vincular los dos temas. El presidente de la subcomisión, Chris Cannon, dijo que los asuntos deben ser tratados por separado.
Internet, un 'duty-free' en EE UU
La política de Estados Unidos respecto al comercio electrónico siempre se ha caracterizado por el esfuerzo en permitir su libre desarrollo y crecimiento, apartando así obstáculos que los frenen, como son los impuestos que gravan las transacciones en la red. Hace cinco años, el Gobierno estadounidense ya propuso que internet se declarara como una zona ¢duty-free¢ (libre de impuestos), y pidió a otros países que se negociara este principio antes de establecerse aranceles en la red.
Esta ideología choca con los proyectos de la Unión Europea, que en mayo del año pasado aprovó una normativa para gravar con el IVA los productos y servicios vendidos en la red. El problema surge cuando muchas de las operaciones se realizan entre países que tienen unos impuestos distintos, o que no los tienen, como EE UU.
Pero a partir del 1 de julio la UE impondrá que las empresas extranjeras que vendan productos digitales deberán registrarse un NIF en un país comunitario, y que otorga el IVA recaudado al país del cliente, una medida que en Estados Unidos no ha sido bien recibida. La solución final deberá ser una unificación de dos criterios todavía contrapuestos, por la que en 1998 ya abogaron la OCDE y la Organización Mundial de Comercio, pero cuyo proceso nose halla estancado.