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La Opinión

La imagen y los accionistas

El proceso de debate sobre el papel de la empresa en la sociedad lleva abierto desde mediados del siglo XX, generando un cambio en la visión y misión de las corporaciones. Aspectos como la privatización de las economías, la globalización de los mercados, las nuevas tecnologías de la información o el desarrollo de las estructuras empresariales están propiciando el surgimiento de otro modelo de gestión que enmarca a la empresa dentro de la sociedad a la que pertenece y no disocia su papel económico del social.

Los gestores empresariales están cada vez más convencidos de que el éxito comercial y los beneficios para los accionistas se obtienen, en el largo plazo, a partir de una gestión con criterios tanto de eficiencia económica como sostenible social y medioambientalmente. Según un reciente estudio llevado a acabo por PWC en España, el 74% de las empresas encuestadas consideran que la responsabilidad social corporativa (RSC) afecta de forma positiva a la rentabilidad final de las empresas.

También desde el ámbito inversor se pone de manifiesto la valoración de la reputación corporativa como variable a incluir en el proceso de selección de inversiones. La encuesta de opinión elaborada en al año 2002 por McKinsey & Co. pone de manifiesto que los inversores españoles estarían dispuestos a pagar una prima del 14% por aquellas acciones de empresas con un buen gobierno corporativo.

De lo anterior se desprende que existe una sensibilidad por parte de los inversores y de las empresas para que se produzca la valoración de la reputación corporativa en el proceso de selección de activos. Sin embargo, si utilizamos como indicador el desarrollo de los productos de inversión que incorporan la responsabilidad social en su proceso de decisión, con países de nuestro entorno económico, observamos que nos encontramos en una etapa incipiente.

Las razones del retraso en el desarrollo de este tipo de inversión son múltiples, derivadas, a nuestro parecer, tanto de la falta de una cultura inversora que incorpore criterios de responsabilidad social -en este sentido, potenciar procesos como el denominado 'diálogo constructivo' entre accionistas minoritarios y el resto de la junta fomentaría las actitudes de RSC, ya que permitiría abrir canales de comunicación para discutir sobre la política empresarial-, como de la dificultad en el acceso a la información necesaria para gestionar una cartera incorporando estos criterios, lo que genera una falta de oferta de productos con estas características.

Lo que entendemos como información sobre RSC está en continua revisión, ya que no existe todavía un consenso, similar al existente sobre información financiera suplida por la contabilidad, acerca de los contenidos y estructura que debe poseer, para que resulte de utilidad a los distintos stakeholders. No obstante, se están produciendo avances, el 63% de las empresas que cotizan en el Ibex 35 ofrecen en sus páginas web algún tipo de información sobre RSC y la mayoría de ellas poseen un apartado específico de relaciones con inversores, aunque sólo en algunos casos se mencionan las buenas prácticas en gobierno corporativo.

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