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Elecciones 2003

Aznar sí concursa

En un pueblecito de la costa levantina el redactor de una emisora local pregunta a dos ancianas del lugar: '¿Y ustedes, a quién van a votar?'. La respuesta no se hace esperar: '¡Pues a Aznar! ¡Cómo le pone Zapatero al pobre por televisión!'. Sin recurrir a un sesudo análisis sociológico, la reacción de las dos mujeres evidencia que los dos grandes partidos han tenido cierto éxito al enfocar la campaña como la de unas elecciones generales. Los expertos aseguran que entre el 70% y el 80% del censo, aproximadamente, se informa de la campaña a partir de lo que observa por televisión y sólo el 20% lo hace por lo que lee en los periódicos. Y llevamos más de un mes en el que las televisiones sólo asoman a la pantalla a Aznar, Zapatero y Llamazares, en dura competencia por ver quién condena de forma más contundente el terrorismo o garantiza mejor las pensiones del futuro.

Los votantes más desorientados por la pequeña pantalla que busquen el domingo en sus colegios los nombres de cualquiera de estos tres líderes políticos se llevarán una sorpresa. Al margen de la pura anécdota, los institutos de opinión ya han realizado su contribución a la carrera electoral dibujando un panorama muy abierto que encuentra justificación en ese 30% aproximado de indecisos refugiado en el no sabe/no contesta. En unas elecciones generales suele haber una franja de entre dos y cuatro millones de electores que deciden a última hora el ganador. En el caso de este domingo hay un buen puñado de comunidades y ayuntamientos, Madrid entre ellos, cuyo gobierno puede disputarse por un pequeño número de papeletas. De ahí el interés del PP y el PSOE en movilizar al máximo a sus electorados potenciales en los cuatro días que restan de campaña.

Primera gran prueba de fuego, pues, para el líder del PSOE y examen de indudable importancia para el presidente del Gobierno, que hace sólo 10 meses comentaba a los suyos en El Escorial que encontraba natural la consolidación de Zapatero como alternativa, 'porque yo ya no voy de concursante'. Y añadía entonces: 'Mi interés por quedar bien ya es el relativo del que no compite'.

El desgaste del PP tras la tragedia del Prestige y la guerra le han movido de nuevo a concursar. No se entendería si no tanta catarata de iniciativas bajo el manto protector del Consejo de Ministros. La última, ayer: nueva reforma de la Ley de Extranjería contra la inmigración ilegal.

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