Alstom España se desmarca de la honda crisis de la matriz y entra en beneficios
Patrick Kron, el nuevo consejero delegado de la maltrecha multinacional fabricante del TGV y el AVE, inmersa en un draconiano plan de ajuste, tiene estos días un motivo para mirar con cierta esperanza al futuro.
La filial española del grupo, anclada en pérdidas seculares desde su implantación en España, acaecida a finales de los ochenta, ha entrado en beneficios.
Pese a perder en 2001 el llamado contrato del siglo, el suministro de los trenes de alta velocidad para la línea Madrid-Barcelona, Alstom Transporte ha obtenido en el ejercicio 2002-2003, cerrado el 31 de marzo, un resultado de explotación positivo próximo a los 23 millones de euros. El beneficio neto, tras contabilizar el impacto negativo de algunas desinversiones inmobiliarias, se situó en 20,7 millones.
Según la información que la compañía está proporcionando en estos momentos a entidades financieras, a las que ha tenido acceso este periódico, esos resultados contrastan con unas pérdidas netas de 18,6 millones de euros en 2001/2002.
El vuelco en la cuenta de resultados deriva fundamentalmente, según las mismas fuentes de tres factores esenciales. Por una parte, las mejoras de productividad, que se han traducido en aumentos de márgenes en el centro industrial de Valencia (dedicado a la fabricación de locomotoras y bogies) y en la unidad de servicios (especializada en el mantenimiento y rehabilitación); por otro, la diversificación de negocios con contribución positiva a la cuenta de resultados, como el de las concesiones de infraestructura de transporte, los proyectos llave en mano (como las dos líneas de tranvía de Barcelona, Trambaix y Trambesós), y los de infraestructuras eléctricas (subestaciones para líneas de alta velocidad) y señalización; y, finalmente, el proceso de mejora y liquidación de proyectos de fabricación que registraban márgenes negativos en la planta de Barcelona.
Desde el punto de vista laboral, la compañía ha mantenido el nivel de empleo en torno a los 2.000 trabajadores. Además, dentro del plan de reducción de costes, la filial ha realizado un significativo ajuste de costes de estructura. En concreto, ha disminuido el staff directivo en un 30% en el periodo 1999-2003, según las mismas fuentes.
Pedidos por 1.791 millones
La entrada de pedidos también registra una evolución positiva. La cifra se ha cuadruplicado en los dos últimos ejercicios respecto a los dos anteriores, al pasar de 420 millones a 1.791 millones.
No obstante, hay que señalar que la cartera de pedidos, que se situaba en marzo de 2003 en los 1.658 millones de euros, incluye el contrato, por 14 años, de mantenimiento de los 16 trenes que circulan en la línea del AVE Madrid-Sevilla, que representa un tercio del total.
Actualmente, a diferencia de lo ocurrido en el pasado, la compañía que preside Antonio Oporto está centrada fundamentalmente en el aumento de su cartera doméstica. De momento, las ventas en el mercado español ascienden ya al 50% de la cifra total, frente al 29% que se contabilizaba hace cuatro años. La cartera refleja más claramente esa tendencia. El 79% de la misma se ha generado en España, frente a sólo un 40% en el ejercicio 1999-2000. La actual cartera de exportación supone un 21% del total.
Esta tendencia puede acentuarse todavía más ante las expectativas de negocio que presenta el mercado, sobre todo por la demanda derivada del Plan de Infraestructuras 2000-2007. Actualmente, Renfe ha sacado a licitación la compra de 80 trenes de cercanías y tiene previsto convocar en breve el concurso de compra de los AVE para la línea Córdoba-Málaga. La empresa pública calcula que necesitará más de 100 nuevos trenes de alta velocidad hasta 2010 para dar servicio en las nuevas líneas. Como contrapunto a este contexto expansivo, hay que reseñar el exceso de capacidad que arrastra el sector en Europa, que presiona los precios.
Por otra parte, el GIF acaba de adjudicar al consorcio integrado por Alstom Transporte, Electren, Isolux Wat y Control y Montajes Cymi el contrato de obra y mantenimiento de las tres subestaciones eléctricas para tracción del tramo del AVE Lleida-Barcelona, por un importe conjunto de 52,79 millones de euros. Un consorcio liderado por Elecnor y Cobra (ACS) se ha llevado el contrato de instalación y mantenimiento de la línea aérea de contacto eléctrico (catenaria) del mismo tramo por 75,22 millones.
Pérdidas millonarias y ajuste en París
El grupo Alstom está inmerso en un duro ajuste tras registrar pérdidas multimillonarias los dos últimos años. Sólo en el ejercicio 2001-2002, la empresa que dirige Kron contabilizó un déficit de 1.400 millones, sobre ventas de 23.400 millones.
Para superar este trance, Alstom, cuyas acciones se han hundido en Bolsa de forma espectacular, ha ampliado el recorte de plantilla anunciado el año 2000, que afectaba a 10.000 personas del negocio de generación, en 3.000 empleos más.
De forma paralela, Kron ha anunciado un plan de venta de activos y una próxima ampliación de capital por 600 millones de euros para reducir su enorme deuda, que suma 5.000 millones. Su objetivo es centrarse en los negocios de fabricación de trenes y generación de energía.
De momento, acaba de alcanzar un acuerdo para vender la división de transporte de energía a su competidor alemán Siemens por 1.100 millones de euros. También está prevista la enajenación de otro tipo de activos.
En España, por ejemplo, Alstom Transporte acaba de cerrar la venta de los terrenos donde se ubica su fábrica de Valencia por 20 millones de euros a un grupo inmobiliario local.
Alstom logra así liquidez, ya que de forma inmediata ha procedido a alquilar ese terreno al nuevo propietario por un plazo de 10 años.
Con estas medidas el nuevo consejero delegado prevé lograr ahorros cercanos a los 500 millones anuales en los próximos dos ejercicios.
Alstom tiene previsto anunciar en breve los resultados del ejercicio 2002-2003, que corresponden todavía a la etapa del anterior consejero delegado, Pierre Bilger, que había dejado el cargo el pasado mes de marzo.