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Educación

España desaprovecha recursos en formación

España tiene un superávit formativo en una franja importante de su población activa, la que atiende la actividad manufacturera y de servicios, y, en paralelo, un déficit de cualificación en otras actividades productivas. Unos 2,2 millones de trabajadores en España tienen un nivel educativo superior al que necesitan en el puesto de trabajo que ocupan, lo que supone casi el 15% de los ocupados, pese a que hay sectores, como el tecnológico, con déficit de personal preparado, que tiene que ser cubierto muchas veces con inmigración.

æpermil;stas son algunas de las conclusiones del estudio Educación formal y demanda de cualificación de la mano de obra en España, dirigido por el catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, Josep Oliver.

Según Oliver, el informe muestra el desajuste entre el nivel de estudios y la demanda de cualificación de las empresas, lo que revela que el sistema educativo y el productivo han vivido de espaldas los últimos años, por lo que recomienda al sector público cambiar la percepción que existe en España sobre la Formación Profesional.

El estudio, que señala que la situación actual sólo mejorará levemente en el futuro, apunta que una sobreeducación permanente tienen como consecuencia el desaprovechamiento de los recursos públicos, desajustes entre oferta y demanda, y el malestar del trabajador.

En este sentido, Oliver ha apuntado que el exceso de educación ha provocado en los últimos 10 años que en España se haya gastado entre 12.000 y 18.000 millones que no han sido bien utilizados, ya que no han repercutido en la productividad de la economía del país y todavía hay demandas de empresas que no pueden ser cubiertas.

El informe asegura que en los últimos 20 años la población sobreeducada ha pasado del 11,5% al 15% y que el número de años de estudio excesivos se sitúa ahora en cuatro como media.

El profesor Oliver ha llamado la atención sobre el hecho de que la actual sobreeducación es 'permanente' y, en muchos casos, ha pasado de ser un fenómeno juvenil y relacionado con la entrada en el mercado laboral de muchos jóvenes en la década de los noventa a convertirse en un fenómenos de trabajadores de mayor edad.

Exceso de estudios

Así, la mitad de los jóvenes sobrecualificados en 1989 y con edades comprendidas entre 25 y 34 años se encontraba en la misma situación en 2001, con edades ya entre los 37 y los 46 años. El mercado de trabajo provoca un desplazamiento natural de los diversos colectivos en función de las necesidades y cualificaciones, de tal forma que muchos colectivos se encuentran desplazados hacia empleos con exigencias formativas inferiores a las adquiridas y provocan un desplazamiento secundario de los ocupantes naturales de ese mercado hacia franjas de menor exigencia.

Por niveles, el exceso de años de estudio es especialmente elevado en los titulados de Formación Profesional, más del 45%; seguido por diplomados, 23%, y licenciados, 19,6%, como consecuencia de la fuerte concentración de estudiantes en las universidades.

Además, cerca de una cuarta parte de los trabajadores cualificados de los servicios y una quinta parte de los peones tienen estudios por encima de los requerimientos del puesto de trabajo. La hostelería (24,7%), el comercio (18%), las manufacturas (17,5%) y la construcción (16,5%) son los principales sectores por peso de los trabajadores con excesos educativos. Los sectores con menor sobreeducación son el financiero (2,5%), los servicios a empresas (8,2%) y correos y telecomunicaciones (8,3%). De hecho, la sobreeducación en los sectores tecnológicamente avanzados tiende a disminuir, mientras que ocurre lo contrario en los sectores menos tecnificados.

Las perspectivas de futuro apuntan a que la sobreeducación sufrirá una 'ligera mejoría' en los próximos años, ya que, debido a la caída demográfica, la entrada en el mundo laboral de nuevas generaciones se ralentiza.

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