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Empresarios de éxito defienden que hay oportunidades para crecer

¿Cuáles son las claves que conducen a una empresa al éxito? Miguel Torres, de Bodegas Torres, y Javier Cano, presidente del grupo de perfumería Puig, intentaron revelarlas ayer en Barcelona. Pero en lugar de evocar términos económicos, hablaron de mucho sentido común, modestia, paciencia y azar.

Cuando llegamos a Chile fuimos los primeros bodegueros que dábamos la mano a los camareros'. Miguel Torres, presidente de la bodega familiar del mismo nombre, ejemplificó así uno de los valores en que se basa el éxito de su compañía: la cercanía con los clientes. 'Intentamos que uno de los rasgos de nuestros comerciales sea la humildad y que traten con respeto a los clientes; son valores competitivos diferenciales', explicó.

Miguel Torres fue uno de los ponentes que intervino ayer en el seminario Champions Forum, organizado por la escuela de negocios Iese y por el Club de Marketing de Barcelona en la capital catalana. El presidente de la bodega explicó que alguna de las que han sido consideradas mejores decisiones estratégicas han sido tomadas de acuerdo con las circunstancias. Así ocurrió con la instalación de la bodega en Chile a finales de la década de los setenta. 'No fue una decisión estratégica, mi padre no tenía muy claro lo que iba a ocurrir con la transición española y creyó que era bueno tener algo en América'. Lo mismo ocurrió con la llegada a California, que fue consecuencia de la instalación de una hermana en EE UU.

Torres explicó que una de las claves de su compañía es hacer las cosas a contracorriente, 'como empezar a exportar cuando nadie lo hacía o apostar por vinos blancos jóvenes cuando imperaban los viejos'. Insistió en el interés en mantener el carácter familiar de la compañía y en la importancia de invertir siempre en innovación.

Por su parte, el presidente y consejero delegado del grupo Puig, Javier Cano, explicó cómo su empresa se vio en cierta manera 'obligada' a diversificar en el terreno de la moda. Se refería a la compra de Carolina Herrera en 1995, que significó la entrada de la compañía catalana en un mundo desconocido. 'No teníamos ni idea del sector', aseguró, 'pero la compramos para proteger nuestro negocio de perfumería'. Puig tenía entonces la licencia para producir perfumes bajo la marca Carolina Herrera y en aquel momento, con esta última en decadencia, 'se estaban concediendo licencias para productos que iban a repercutir en la calidad de la marca'. Cano explicó que esa decisión se reveló posteriormente como muy adecuada porque se demostró que los perfumes más vendidos eran los de las marcas de moda más demandadas.

El presidente de Puig aseguró que para tener éxito no es suficiente con saber cómo hacer algo, sino que depende de 'una afortunada combinación de determinadas personas en un tiempo concreto, pero que probablemente si coincidieran en otro tiempo, no hubieran alcanzado el mismo éxito'. Cano aludió también a intangibles como que dos actrices aspirantes a conseguir un oscar (Rene Zellweger y Salma Hayek) elijan vestir modelos de Carolina Herrera.

Por último, Hermann Simon, de la consultora Simon, Kucher & Partners, aseguró que el denominador común que había encontrado en un estudio de 'empresas líderes en la sombra' es que aplican el sentido común y hacen las cosas 'bastante diferentes de lo que han aprendido en las escuelas de negocios'.

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