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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Beneficios al alza en EE UU

Las grandes empresas estadounidenses acaban de hacer públicos unos resultados del primer trimestre que superan las expectativas de los analistas y que habrían servido para confirmar la recuperación de la mayor economía del mundo si no hubiera otros datos, como el del empleo, que apuntan en dirección contraria. Las 35 compañías del índice Dow Jones, el más significativo de Wall Street, casi duplicaron sus ganancias netas, hasta superar 42.600 millones de dólares. En términos operativos, la ganancia es menor: un 9%. Y la facturación creció más del 12% en los primeros tres meses del año. Los nueve mayores valores del Nasdaq mejoraron un 25% el resultado de explotación y un 14,5% el neto, con las ventas subiendo al 11%. Las previsiones del mercado y de las propias empresas, hechas cuando más incertidumbre existía en torno a la guerra en Irak, eran más prudentes. Algunos analistas ironizan con que las compañías rebajaron tanto sus previsiones que después no ha sido difícil superarlas.

Antes de extraer conclusiones apresuradas, conviene poner en su contexto esta evolución. Las comparaciones de beneficios netos están distorsionadas por las enormes provisiones extraordinarias hechas hace un año. Las cuentas del periodo enero-marzo de 2002 recogían la pérdida de valor sufrida por participaciones y filiales adquiridas en los años de la burbuja. Sólo la desaparición de tan pesado lastre tiene un gran impacto en las cuentas.

Si se atiende a los resultados de explotación y a la facturación, que reflejan más fielmente la evolución de la actividad, el avance es más moderado e irregular. Las ventas de muchas compañías estuvieron estancadas o subieron débilmente y no se advierten señales de reanimación de la inversión en tecnología. Las multinacionales han ganado márgenes tras los ajustes de costes de los tres últimos años, que implicaron dolorosas reestructuraciones. Pese a un endeudamiento todavía abultado, los costes financieros se alivian por los mínimos tipos de interés. Y la debilidad del dólar se ha convertido en factor expansivo en las cuentas: la facturación en divisas como el euro aumenta al convertirse a dólares, lo mismo que el beneficio de filiales en el exterior. Por último, la subida del crudo previa a la crisis de Irak ha disparado los resultados de la petrolera Exxon Mobil, de gran peso en la Bolsa neoyorquina.

Los analistas creen que es pronto para declarar el inicio de una fase alcista para los negocios y los mercados, sobre todo por la excepcionalidad de un primer trimestre marcado por la tensión previa a la invasión de Irak. La tendencia favorable de las grandes compañías no se ve acompañada por el momento de señales de aceleración de la mayor economía del mundo. Ayer se supo que el desempleo ha subido en EE UU por quinto mes consecutivo hasta el 6% de la población activa, en los niveles más altos del último decenio. Los datos empresariales aportan algo de optimismo a un panorama incierto, pero están lejos de ser definitivos.

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