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La Atalaya

¿Quién divide a Europa?

Desde finales de la II Guerra Mundial, Europa ha podido desarrollar su Estado del bienestar gracias a que su seguridad estaba garantizada y pagada por EE UU. Sólo Reino Unido y Francia, en menor medida, dedicaban un porcentaje apreciable del PIB a la defensa. En el peor momento para las economías europeas, Francia y Alemania, junto a Bélgica y Luxemburgo, han decidido esta semana proponer la creación de un núcleo militar europeo independiente de la OTAN y de EE UU. Esos cuatro países fueron los más encarnizados oponentes a la intervención anglo-estadounidense en Irak. Resultaba tan evidente contra quién nacía esta iniciativa, pese a que sus portavoces aseguraron que su propuesta de creación de una brigada de intervención rápida europea 'no iba dirigida contra nada ni contra nadie'. Naturalmente, todo el mundo interpretó lo contrario. Que iba dirigida contra EE UU y contra el vínculo transatlántico, que desde el Tratado de Washington de 1949, ha cohesionado a los países de la Alianza.

Una vez más, como ocurriera con la declaración unilateral franco-alemana contra la guerra de Irak, París y Berlín se distancian del resto de la UE y de la Alianza con una propuesta, por ahora, irrealizable presupuestariamente y que, además de los cuatro proponentes, sólo ha contado con el apoyo teórico de Grecia. No es mucho en una Unión Europea que pronto contará con 25 miembros y en una OTAN, integrada ahora por 19 países, que en breve serán 26. La ministra de Exteriores, Ana Palacio, declaró acertadamente que 'una política de defensa común no puede proponerse fuera de las instituciones europeas y sólo a cuatro'. A lo que cabe añadir una pregunta, ¿cómo se puede presentar una iniciativa supuestamente europea sin la presencia del presidente de la Comisión, Romano Prodi, o del representante de política exterior, Javier Solana? ¿Quién divide, pues, a Europa?

Se da además la circunstancia de que los promotores de la iniciativa se encuentran en una situación económica comatosa. Francia, según datos del martes, sólo creció el 1% en 2002, con una contracción del -0,1% en el cuarto trimestre del año. Peor, el crecimiento alemán alcanzó el 0,2% en el mismo periodo y las perspectivas para ambos este año son igualmente negativas. Ninguno de los dos cumple los objetivos del Pacto de Estabilidad, con déficit que superan ampliamente el límite del 3% establecido. El canciller Gerhard Schröder ha amenazado a su partido con dimitir si no aprueban su drástico plan de reformas económicas y sociales. ¿Puede alguien creer que sus electorados van a aceptar un incremento de los gastos de defensa en detrimento de los sociales? ¿Cómo se puede pretender la creación de un núcleo militar europeo sin la inclusión de una potencia militar como Gran Bretaña y sin la colaboración de los países mediterráneos claves, como España e Italia?

La propuesta realizada en Bruselas sólo contribuye a dividir aún más a Europa y a potenciar a los aislacionistas del otro lado del Atlántico. Es un mal negocio para la seguridad europea, que, le guste o no a París, dependerá por mucho tiempo del paraguas militar estadounidense, si Washington no decide cerrar ese paraguas. Los delirios de grandeza sin el respaldo de una bolsa repleta son peligrosos. Con una bolsa vacía, resultan risibles. En el fondo, lo que ocurre es que la rápida conclusión de la guerra en Irak ha desbaratado toda la estrategia de desgaste de EE UU diseñada por Jacques Chirac.

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