Las empresas siguen viendo el futuro con pesimismo
Los primeros meses del año 2003 han transcurrido sin que se note una recuperación en la economía europea. Ello tiene su reflejo en la confianza de empresarios, industriales y consumidores, cuya reactivación no acaba de arrancar. Más bien, se encuentra instalada en una tensa calma, a la espera de tiempos mejores.
Los últimos datos los ofreció ayer la Comisión Europea. El índice de confianza en la marcha de la economía mejoró sólo ligeramente en el mes de abril, tanto en la Unión Europea (UE) como en la zona euro.
En la UE, el índice aumentó un escaso 0,2%, hasta situarse en 98,2 puntos, mientras que en la zona euro la confianza creció un 0,1%, hasta llegar a 97,9 puntos.
Este es el resultado más destacado de la encuesta mensual que efectúa el Ejecutivo comunitario entre distintas empresas y consumidores europeos para valorar su confianza en la economía en general y en distintos sectores de actividad.
El índice aumentó en abril en Irlanda (0.6%), Alemania (0,3%), Austria (0,2%) y Luxemburgo (0,1%), mientras que en Bélgica y en Francia permaneció estable. Por el contrario, disminuyó en Grecia (0,5%), Portugal, Suiza (0,4%), Holanda (0,3%), Italia (0,2%) y, en menor medida en Dinamarca, España, Finlandia y Reino Unido (0,1%).
La industria, clave
En el sector industrial, el índice de confianza descendió en un punto, tanto en la zona euro como en la UE.
Según la Comisión Europea, los principales responsables de este retroceso fueron Grecia, Luxemburgo, Portugal y Suecia, con caídas de cinco puntos, seguidos de Italia y Finlandia, con un descenso de cuatro puntos.
En la construcción, el índice permaneció estable en la zona euro y decreció en el conjunto de países de la UE. Los mayores aumentos se registraron en Irlanda y Luxemburgo.
Por su lado, los consumidores fueron algo más optimistas en abril. Su nivel de confianza aumentó tres puntos en la UE y dos puntos en la zona euro.
Este índice aumentó en todos los países de la UE, con la excepción de Irlanda, Italia y Dinamarca, donde permaneció estable, y en Holanda, donde cayó dos puntos.
En el caso de España, el crecimiento de la economía sigue apoyado en la demanda interna que, pese al contexto internacional desfavorable, está manteniendo 'un tono relativamente sostenido', mientras que las exportaciones e importaciones continúan desacelerándose, en sintonía con la situación de otras economías industrializadas.
Las ventas de comercio al por menor aumentaron un 5,1% en marzo, según hizo publico ayer el INE. En el caso de grandes superficies las ventas minoristas aumentaron un 7,2%, muy superior al 2% de crecimiento medio de la economía española. Respecto a la industria, los indicadores confirman la recuperación gradual de la actividad, iniciada a mediados de 2002, y una mejora del clima industrial. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La cartera de pedidos se muestra en retroceso, augurando nuevas dificultades en los próximos meses.
La construcción, por su parte, sigue fuerte, alentada por el boom de la vivienda. Con todo, se observa una tendencia ligera hacia la desaceleración en línea con lo ocurrido en el último trimestre del año 2002.
El presupuesto de la UE crece un 3,3%
La Comisión Europea aprobó ayer el anteproyecto de presupuesto para la Unión Europea en 2004. Se han dotado 100.675 millones de euros, con un aumento de sólo el 3,3% en volumen efectivo de gasto, a pesar de que a partir de mayo del próximo año la UE contará con 10 nuevos miembros.En el primer año de la UE ampliada, los gastos destinados a los diez nuevos Estados miembros serán de 5.088 millones de euros, mientras que sus aportaciones supondrán 4.600 millones.Para controlar el crecimiento del presupuesto se ha reducido en un 2% el gasto de los hasta ahora Quince miembros. El presupuesto global de 2004 supondrá menos del 1% del PIB de los países miembros, alejado del límite del 1,27% acordado en la Agenda 2000. La agricultura absorberá casi la mitad del gasto (47.900 millones de euros). Los fondos estructurales se reducirán un 7,5%, hasta 30.000 millones, debido al cierre de programas iniciados antes del año 2000. Las cuentas públicas comunitarias deberán ser aprobadas ahora por el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros.