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Defensa

Chirac y Schröder proponen una fuerza militar europea al margen de la OTAN

La minicumbre de defensa europea convocada por el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, deparó ayer en Bruselas un calendario con compromisos concretos para crear antes del verano de 2004 una unidad de planificación militar europea al margen de la Alianza Atlántica.

El anfitrión y sus invitados -el presidente de la República francesa, Jacques Chirac, el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker- insistieron en que la iniciativa se encuentra abierta al resto de socios comunitarios y en que no pretenden minar las relaciones con la OTAN ni con EE UU.

'No tenemos demasiada América', afirmó Schröder en relación con la diferencia de potencial militar respecto a EE UU, 'sino muy poca Europa'. Chirac, más beligerante, añadió que 'un mundo multipolar es inevitable' frente a la visión de 'un mundo unipolar' que la víspera del encuentro defendió el primer ministro británico, Tony Blair, el gran ausente en la cita de ayer. 'Para que el equilibrio exista es necesaria una Europa fuerte y un Estados Unidos fuerte', subrayó Chirac. Con estas declaraciones, los dirigentes intentaban apaciguar las suspicacias abiertas entre EE UU y la UE a consecuencia de la ofensiva contra Irak, al tiempo que recordaban a Washington la necesidad de colaborar con Europa.

Los cuatro líderes europeos pactaron la creación antes de junio de 2004 'de un mando europeo de transporte aéreo estratégico' y 'de un núcleo colectivo de capacidades para la planificación y realización de operaciones de la Unión Europea'. La Unión no dispone ahora de ese recurso y cualquier intervención de la recién creada fuerza europea de reacción rápida debe ser planificada por personal de la OTAN. Apoyaron, además, la creación de una agencia europea de armamento que coordine la adquisición de material militar de los países de la UE.

El acuerdo no concreta las inversiones necesarias para que las propuestas tengan un mínimo de credibilidad. La ausencia de Reino Unido resulta tan inconcebible como hubiera sido una unión monetaria sin Alemania. Pero 'la declaración de hoy no es mera retórica', advirtió Juncker, quien recordó que 'cuando se planteó el euro por primera vez, sólo estábamos tres países a favor'.

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