El canciller Schröder amaga con dimitir si el SPD bloquea su plan de reformas
El rápido fin de la guerra de Irak apenas ha afectado a las expectativas económicas de los empresarios alemanes, que se mostraron este mes profundamente pesimistas respecto a la evolución de la economía germana. El índice de confianza empresarial elaborado por el instituto económico IFO cayó en abril hasta los 86,6 puntos, frente a los 88,1 puntos de marzo, su valor más bajo en los últimos dieciséis meses.
Los expertos contaban con una subida del índice tras la rápida caída de Bagdad, pero, al parecer, nada puede levantar el ánimo de la clase empresarial alemana. El IFO, que elabora su índice mediante encuestas a unas 7.000 compañías, destacó que las malas noticias llegaron desde todos los frentes. 'El descenso de la confianza de los empresarios fue moderadamente fuerte en el sector industrial y algo más bajo en el del comercio minorista y la construcción', dijo Hans-Werner Sinn, presidente del IFO, quien añadió que sólo se registró una leve recuperación en el sector mayorista.
Por su parte, Gernot Nerb, economista del instituto y responsable de la elaboración del índice, dijo que el final de la guerra del Golfo no ha aumentado el optimismo de los empresarios y que, por el contrario, 'se aprecia un empeoramiento de las expectativas de exportación'. Nerb consideró que la epidemia de neumonía atípica podría estar afectando negativamente a las previsiones del sector exportador, aunque dijo que no se introdujo ninguna pregunta al respecto en las encuestas de abril. La fortaleza del euro, que la pasada semana volvió a asentarse sobre los 1,10 dólares, también podría perjudicar las ventas de Alemania en el exterior, un sector sobre el que se asienta buena parte de su economía.
El descenso de la confianza de los empresarios es la última de una larga serie de malas noticias para la coyuntura alemana que, finalmente, han obligado al Gobierno del canciller Gerhard Schröder a rendirse a las evidencias y revisar a la baja sus pronósticos de crecimiento para el 2003.
El ministro alemán de Economía, Wolfgang Clement, señaló ayer que el PIB alemán no aumentará este ejercicio más de un 0,75%, frente al 1% previsto anteriormente, un dato que ya se había filtrado a la prensa la semana pasada, pero que no se había comunicado de forma oficial. Clement añadió que en el próximo ejercicio llegará la esperada recuperación con un crecimiento del PIB del 2%. En cuanto al desempleo, el ministro fijó en 4,5 millones el número de parados en el conjunto de este año, frente a los 4,4 millones del 2002. Estas previsiones siguen siendo inferiores a las realizadas por organismos internacionales o expertos alemanes, algunos de los cuales han criticado al Gobierno por su optimismo.
Presiones de Schröder
Rudolf Hickel, conocido economista germano, dijo que los pronósticos del Ejecutivo son 'irresponsables' y vaticinó que la economía germana registrará un crecimiento cero en el ejercicio actual. En el 2002, el PIB alemán avanzó un tímido 0,2% debido, principalmente, a la influencia positiva de las exportaciones.
En medio de este panorama, el Gobierno del canciller Schröder intenta sacar adelante su plan de reformas económicas con el fin de impulsar la coyuntura y reducir el paro. El proyecto, conocido como Agenda 2010, está encontrando una dura oposición dentro de las propias filas del partido socialdemócrata (SPD), presidido por el propio Schröder. En una reunión con la directiva del SPD celebrada ayer, el canciller incluso amenazó de forma indirecta con dimitir si su plan no sale adelante. 'El que quiera decidir algo diferente tiene que saber que con ello estaría negando la base de mi trabajo y que me obligaría a actuar en consecuencia', afirmó Schröder. 'Las líneas maestras de la Agenda 2010 no pueden ponerse en duda', dijo el canciller a los críticos. La directiva del SPD prepara actualmente el congreso extraordinario del próximo 1 de junio en el que Schröder intentará buscar el apoyo suficiente de las bases del partido a su proyecto.
El canciller reprochó a los críticos del SPD no saber reconocer los problemas reales de Alemania. En la inauguración en Bonn de la primera de las cuatro conferencias regionales que el SPD celebra para debatir el programa de reformas, Schröder manifestó que 'los ciudadanos esperan de nosotros que no demos la espalda a las realidades'.
Las reformas incluyen recortes del subsidio de desempleo, de las prestaciones médicas y de las de jubilación.
El Gobierno portugués revisa a la baja su crecimiento de este año
El Gobierno portugués revisó ayer a la baja el crecimiento del PIB en 2003, que ahora estaría situado en una media del 0,5%, según una nota difundida por el Ministerio de Finanzas. El informe elaborado sitúa el eventual crecimiento del PIB entre el 0,25% y el 0,75%, lo que representa una disminución del 1,25 puntos porcentuales en relación con previsiones anteriores. 'El entorno internacional y las perspectivas de crecimiento económico a corto plazo son menos favorables de lo que fue previsto en septiembre y diciembre del año pasado', agrega la nota.También se menciona el aumento de la tasa de paro en el primer trimestre del año, 'superior en cerca de un punto porcentual al considerado en el escenario elaborado en el Programa de Estabilidad y Crecimiento (PEC)'. El Gobierno luso se había trazado como meta reducir hasta el 2,4% el déficit, algo que ya varios analistas de la economía consideran que resultará un objetivo imposible de alcanzar.Por otra parte, la falta de demanda en Europa podría, junto a otros factores, conducir a una 'depresión persistente' de la coyuntura, advirtió ayer Helmut Kramer, director del Instituto de Austria de Investigaciones Económicas, quien acusa a la Comisión Europea de no tomar medidas suficientes para contrarrestar ese riesgo.Europa se encuentra actualmente en una 'situación keynesiana, en la que no hay suficiente demanda por ninguna parte', indicó Kramer en declaraciones a la revista económica austriaca Trend. 'Este estado puede solidificarse y fácilmente caer en dirección a una depresión. Una depresión persistente es un riesgo que no se puede excluir', añade.El experto atribuye esta situación a varios factores y critica en este contexto al comisario europeo de Finanzas, el español Pedro Solbes, por la falta de 'iniciativa institucional para una ofensiva europea coordinada'.