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'Caso KIO'

De la Rosa declara que no cobró 'ni una peseta' con la venta de la papelera ICSA

Javier de la Rosa ha prestado declaración ante la Audiencia Nacional por el caso KIO, en relación con las irregularidades cometidas en la operación de compraventa de las papeleras Icsa-Inpacsa. Aseguró no haberse beneficiado en modo alguno de las plusvalías obtenidas por la venta, por 11.098 millones, a la irlandesa Smurfit, a pesar de que la compañía había sido valorada en 4.200 millones de pesetas unos meses antes. El empresario aseguró que la venta respondió a criterios puramente empresariales, aunque reconoció que "nos equivocamos", puesto que la compañía compradora empezó a perder clientes debido a esa operación.

Según la versión de De la Rosa, Torras vendió, en abril de 1987, la compañía por 1.908 millones de pesetas a su filial Inpacsa y, un año más tarde ésta se la vendió, por 4.200 millones de pesetas, a Croesus, una sociedad instrumental de KIO, que posteriormente la vendió a Smurfit por 11.098 millones. Respecto de esa segunda operación, el empresario sostuvo que el precio era razonable, puesto que, mientras que en la primera venta el precio se limitó al valor contable de ICSA, en este caso Inpacsa estudió cual debía ser para no perjudicar a sus accionistas y sanear sus cuentas al mismo tiempo.

Cuentas suizas

Sin embargo, la fiscal apuntó que en las mismas fechas en las que se estaba cerrando la compra de ICSA por Croesus, el banco Salomon Brothers se ponía en contacto con De la Rosa para preparar una "subasta internacional" de la que finalmente salió Smurfit como comprador. Al preguntar por qué parte del dinero de la venta fue a parar a la cuenta bancaria suiza Carnation, de la que eran titulares De la Rosa y su mujer, el acusado se defendió detallando a qué cuentas transfirió posteriormente esa cantidad por orden de la sociedad kuwaití.

El pasado 11 de abril, la Audiencia Nacional resolvió las cuestiones previas planteadas por las partes y declaró prescritos los delitos cometidos mediante otra operación investigada también en esta pieza, denominada Croesus, al haber transcurrido más de cinco años desde que se produjo hasta que se iniciaron acciones judiciales contra sus responsables. Con ello, la Sala redujo de diez a cuatro el número de acusados que se sientan en el banquillo.

El segundo juicio que se celebra del caso KIO ha contado con los interrogatorios de los cuatro encausados, que además de De la Rosa son el ex director financiero Miguel Soler, el ex consejero delegado Jorge Núñez Lasso de la Vega y el abogado y ex asesor de Torras Juan José Folchi. La Fiscalía Anticorrupción solicitaba para los dos primeros, De la Rosa y Soler, una pena de prisión por su participación en la compra-venta de Icsa-Inpacsa y otra por Croesus, por lo que ahora la condena a la que se enfrentan es sólo la primera de ellas. Es decir, el fiscal pide 17 años de cárcel, en vez de 28, para De la Rosa y dos años y cuatro meses, en vez de seis años y cuatro meses, para Soler. El Ministerio Público continúa pidiendo 19 años de cárcel para Núñez y 12 para Folchi.

A pesar de que se declaró extinguida la responsabilidad penal de algunos de los acusados, las personas imputadas como partícipes a título lucrativo, Mercedes Misol (esposa de De la Rosa), Paul Amager Dawson y José Luis Barquero, permanecen acusadas, a fin de que la resolución de un tribunal pueda en su día alcanzar a los bienes que se encuentran en manos de estos partícipes y que se atribuyen al delito.

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