Los republicanos se tiran los trastos
George Voinovich es un senador atípico. El jueves dio prioridad en su agenda a una reunión en un periódico en lugar de hacer los honores al presidente George Bush, que llegaba a su Estado, Ohio, a cantar las bondades de su plan de recorte de impuestos. Sin Voinovich, Bush dio un discurso en una empresa en el que se le llegó a notar tenso al no lograr arrancar los rabiosos aplausos que fácilmente consigue cuando habla de Irak o de asuntos de seguridad. El senador sí se acercó al aeropuerto a recibir al presidente y hablaron durante unos segundos cronometrados escrupulosamente por las televisiones, que quisieron ver en este corto encuentro signos de la evidente lejanía entre ambos.
Voinovich es uno de los republicanos que, junto a otros como John McCaine y Olympia Snowe, se ha alineado con la minoría demócrata para derrotar los planes de Bush de recortar en 726.000 millones los impuestos para estimular la economía. El presidente está furioso y ha tenido que aceptar el recorte que a su propuesta ha aplicado la Cámara de Representantes y que deja la rebaja fiscal en 550.000 millones de dólares. Pero de ninguna manera quiere oír hablar de los 350.000 aprobados por el Senado. Ambas cifras están ahora en la llamada 'fase de conciliación'.
Voinovich está en contra de bajar impuestos cuando, como ahora, las cifras no cuadran. Este hijo de activista demócrata subió los gravámenes en Cleveland siendo alcalde en 1979. Ahora la coherencia puede costarle cara.
Y es que el ala más conservadora del Partido Republicano, apoyada por una corriente de opinión llamada Club del Crecimiento, está preparando el camino para que senadores como Voinovich, y otros opuestos a los recortes de impuestos, estén en posición de inferioridad en las elecciones primarias al apoyar el partido a candidatos más acordes con sus ideas.
Según The New York Times, que cita a los moderados para decir que esta corriente de opinión tiene el apoyo tácito de la Casa Blanca, la agresividad de estas campañas pueden dar muchas facilidades a los demócratas. De momento, y a la espera de que en las elecciones se materialice la vendetta, lo más llamativo es que este club comenzó hace una semana a financiar anuncios contra Voinovich y Snowe (senadora por Maine).
A ambos se les compara con los líderes de Francia, toda una afrenta estos días en los que se recuerda que este país se puso en el camino de Bush contra Irak. En su opinión, los moderados están interrumpiendo los planes económicos de Bush para sacar al país de la crisis a tiempo para la campaña presidencial de 2004.
Pero los moderados, que cuentan con el apoyo de muchos de los agobiados gobernadores de los Estados, no se han cruzado de brazos. Unidos en la institución del mismo partido, La Asociación de la Principal Calle Republicana, empezaron el fin de semana pasado a pagar sus propios anuncios de prensa y televisión apoyando a la senadora Snowe por no aceptar un recorte de impuestos que aumentarán el déficit, ya muy tocado por el presupuesto de guerra. Los republicanos de Maine son muy sensibles a nuevos recortes de impuestos porque calculan que ya el de 2001 es el responsable de 25 centavos de cada dólar del déficit de su Estado. El anuncio dice que Snowe se opone a las prioridades de 'los ricos vecinos de Wall Street que el Club del Crecimiento representa'. A día de hoy, la campaña de 2004 se presenta muy caliente.