'Invertiremos seis millones en impulsar nuevas empresas tecnológicas'
El parque científico y tecnológico Cartuja 93 de Sevilla ya está lleno de empresas e instituciones. El recinto que en su día albergó la Exposición Universal de 1992 ha culminado, once años después del evento, los objetivos que las autoridades que promovieron el evento se trazaron: convertir el recinto en un espacio tecnológico para desarrollar Sevilla y toda Andalucía. Ángeles Gil acaba de acceder al cargo de directora general de Cartuja 93, justo en el momento en el que todo el suelo está vendido.
Pregunta. Cartuja 93 ya ha colgado el cartel de no hay billetes. ¿Qué le queda por hacer como gestora del parque en este momento?
Respuesta. Es cierto que el suelo está vendido, pero el parque tiene aún mucho por construir. Un 25% del mismo está asignado, pero no construido. Tenemos cosas muy importantes en él: Universidad, empresas, centros operativos y agentes tecnológicos. Precisamente tenemos los ingredientes necesarios para establecer entre todos ellos unas sinergias que unan las actividades del parque. Ya están surgiendo algunas actividades espontáneamente entre empresarios, pero creo que hay que orientar esto y ese es el papel más importante que tiene que desempeñar ahora el parque, el de conectar empresarios, centros de investigación, tecnológicos y pymes entre sí.
P. En el parque hay muchos centros de investigación, pero ¿no echa en falta empresas que eleven la facturación media global?
R. Después del de Zamudio (Vizcaya), este es el segundo parque en facturación, con más de 1.000 millones de euros en 2002, y no es el parque más grande, debido a que tenemos muchas zonas no edificables.
P. ¿Cree que Cartuja 93 ha sabido cumplir con éxito las expectativas surgidas tras la celebración de la Expo 92?
R. Precisamente estamos planteando la última etapa que queda por cubrir tras la Expo 92, esto es, tenemos la necesidad de espacios de empresas de base tecnológica que se diferencien de un mero espacio prestador de servicios como el de copistería y demás. Estamos impulsando la creación de una incubadora de empresas en la que vamos a ubicar a empresarios, tecnólogos, Universidad, tutores y mentores, portadores de ideas y portadores de capital a través de sociedades de capital riesgo. Lo que significa que invertiremos seis millones de euros en impulsar nuevas compañías tecnológicas.
En este centro estarán todos los que están ahora en Cartuja. Basta empezar con una idea que pueda desarrollarse. Habrá que ayudar a estas empresas o incluso a jóvenes que porten una buena idea con el respaldo de técnicos e investigadores que saben desarrollar la investigación y con proyectos de comercialización incluso fuera de España. Hablamos de trazar incluso planes de internacionalización para estos proyectos y estas empresas.
P. ¿Qué características tendrá ese proyecto?
R. La incubadora no será un típico centro de empresas, sino un auténtico centro de inteligencia con tutores de los proyectos, universitarios, investigadores e incluso sociedades de capital riesgo. Es absolutamente necesario respaldar financieramente estos proyectos porque las ideas tecnológicas precisan de una fuerte financiación en poco tiempo para salir adelante, y yo he sido presidenta de una sociedad de capital riesgo y conozco el miedo de los inversores, por lo que es necesario el apoyo público para estas iniciativas. Ayudaremos a crear este instrumento financiero de apoyo a la incubadora de empresas.
P. ¿Con qué recursos se pondrá en marcha?
R. Este proyecto está aún planteándose por parte de Cartuja 93, por lo que es pronto para arrojar más datos, pero ya existe la parcela de 3.800 metros cuadrados edificables sobre la que se asentará la incubadora.
P. ¿No faltan actividades productivas en este parque?
R. Otro de los grandes retos que tenemos es traspasar la carga productiva de las investigaciones que se desarrollan aquí a otros cinco o seis parques, alguno de ellos especializado, como el del sector aeronáutico, que se están promoviendo alrededor de Sevilla. O incluso a alguno que ya está construido, como el polígono PISA.